LaVuelta 24
Roglic elige Moncalvillo para vestirse de rojo. La Vuelta gira alrededor del 4
El esloveno gana la etapa y se viste de rojo camino de su cuarta victoria en la general final
El número 4 marca la Vuelta. Primoz Roglic quiere su cuarto triunfo para ser el ciclista con más victorias en la carrera española. Enric Mas querría estar en el lugar del esloveno, pero parece que tendrá que conformarse con ser segundo por cuarta vez. Cuarto fue en la etapa después de desplomarse en los últimos metros.
Enric parecía el único capaz de aguantar el ritmo de Roglic. No le llega para soltarlo, pero al menos le da para sostener la batalla. O eso parecía. No tiene el equipo ni las piernas del dolorido Roglic, que paga aún las consecuencias de la caída que le obligó a retirarse del pasado Tour. Con la espalda aún castigada, el esloveno exhibió a su equipo para dar el golpe definitivo a la carrera.
Cuando la escapada, pequeña y con pocas pretensiones porque los favoritos no querían permitir alegrías, se lanzó al ataque en las rampas de Moncalvillo arropado por sus compañeros Vlasov y Daniel Felipe Martínez. Tres corredores del Bora Red Bull solos en cabeza, quizá queriendo demostrar que el nuevo patrocinador del equipo da alas. Quedaban 5,5 kilómetros para la llegada.
Primero el colombiano y después el ruso le marcaron el ritmo. Apenas un kilómetro de impulso antes de dejarlo solo. Con un pedaleo constante y la mirada fija en el horizonte, no dejó de aumentar la diferencia sobre sus perseguidores. Podrían ser sus rivales, pero la Vuelta parece que tiene dueño desde hace tiempo y los demás pelean por el podio.
A Roglic sólo le faltaba elegir el momento para vestirse de rojo. Y eligió Moncalvillo, una cima en la que sólo ha ganado él. Se subió por primera vez en la Vuelta de la pandemia, en 2020, sin aficionados en las cunetas y con el paisaje teñido de ocre otoñal. Ahora, con un verde esplendoroso y restos del calor del verano, Primoz ha vuelto a ganar.
Llevaba toda la Vuelta escondido el esloveno. Sin querer dar una pedalada de más, sin exhibiciones innecesarias. Sólo quería vestirse de rojo cuando ya fuera irreversible. Y ahora, con dos etapas por delante, la última una contrarreloj en la que es favorito, al menos lo parece.
Carapaz fue el primero en intentar seguirlo, pero no duró mucho su ataque. Mas fue el siguiente, esta vez sí, con fuerza y sostenido. Y se fue para empezar a definir el podio de Madrid. Como si la etapa de Moncalvillo fuera un ensayo del podio de Madrid.
Mas se lanzó hacia el segundo puesto de la etapa y de la general. Con firmeza pero con menos fuerzas de las que creía tener. Los últimos metros se le hicieron eternos. Ya veía la pancarta de meta cuando lo adelantó Gaudu. Y el hundimiento se hizo más evidente porque Skjelmose también llegó a tiempo de rebañarle el tercer puesto y los cuatro segundos de bonificación tan importantes para desplazar un poco más a Ben O’Connor, que nunca tuvo opciones de mantener la Roja sobre su espalda.
Sufrió en el primer ataque de Roglic y, aunque se esforzó para enganchar con los demás corredores principales, no pudo aguantar el ritmo. Igual que le sucedió a Carapaz al final de etapa. Tratar de aguantar a Roglic supone mucho desgaste. Mientras él parece fresco después de sumar otro triunfo camino del 4.
O'Connor se agarra al podio
Ben O’Connor no pudo conservar el maillot rojo, pero se agarra al podio de Madrid. Al australiano se le hizo insoportable el ataque de Roglic después de tantos días resistiendo y se dejó 1:49 con el esloveno en la meta. Casi dos minutos lo separan ahora de un triunfo que ya parece inalcanzable para él. Pero el podio aún es posible. Es segundo de la general y Mas y Carapaz, los dos candidatos a desplazarlo, tienen tiempo que recuperar. No demasiado el español, que tiene al antiguo líder a 26 segundos. Un minuto es la diferencia del ecuatoriano con el corredor del Decathlon. La ventaja para O’Connor es que ninguno de los dos es un gran especialista en la contrarreloj y sólo quedan dos etapas de lucha por acompañar a Roglic.✕
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