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Fútbol

Real Madrid-Celta (2-0): El Madrid es feliz

El Real Madrid volvió a jugar un buen partido y derrotó al Celta con Camavinga en plan excepcional y el equipo con muchos cambios

Real Madrid-Celta de Vigo, jornada 30 de LaLiga Jesus G. FeriaPHOTOGRAPHERS

Hay libros o películas en los que a veces cuesta entrar, pero en los que llega un momento que te atrapan y sólo quieres seguir avanzando en la lectura y a la vez, que el libro no termine. Así está el Real Madrid en este momento de la temporada: disfrutando del momento, sin preocuparse por otra cosa que no sea el fútbol, deseando jugar el siguiente partido, que se avance hasta el final con el mayor éxito posible, pero intentando que este momento físico y de fútbol se alargue lo máximo posible. Le ha costado mucho este en este curso sentirse de este modo y no ha sido fácil para Carlo Ancelotti encajar las piezas como ha conseguido ahora, con dos equipos bien definidos: uno para las batallas gordas y otro para lo que pueda pasar en LaLiga. Y eso sí, con catorce o quince futbolistas listos para lo que sea, en plenitud física y emocional para afrontar lo que queda por venir, lo mejor.

Para lo que sea, para hacer un regate de ruleta, tirarse al suelo y robar un balón, empezar con limpieza la jugada de un gol, ser lateral o brillar de mediocentro, para lo que sea, la Champions y el Chelsea o el Celta y LaLiga está Camavinga, extraordinario en todas las facetas del juego, con balón y también sin él. Era un lateral izquierdo para momentos excepcionales y va a acaba la temporada ahí por mucho que se recupere Mendy. Ha dado estabilidad a una zona que hacía cojear al equipo. Con él, el Real Madrid gana posesión en el centro del campo, Vinicius se siente con más libertad y menos algunos errores en partidos que han quedado atrás, Camavinga no se despista en los encuentros. Su posición es la de mediocentro o interior (que fue en la que acabó el choque contra el Celta), pero esto es el Real Madrid y aquí hay que ganarse la vida. Él es joven y ahora es una máquina.

Camavinga es el ejemplo de que nunca se sabe cómo van a salir las temporadas. Hace unos meses cada aparición de Asensio en el campo, sin suerte, se tomaba a chufla alguna parte de la afición, que decía, con sorna: «!uerrá renovar». Ahora cada aparición de Asensio en el campo resulta decisiva para el rumbo de los partidos. Sucedió en ida contra el Chelsea y sucedió contra el Celta. Ahí estaba, presente para marcar su gol y después, para sacar el córner, que en la segunda mitad, remató como un avión Militao, cuando el Celta ya comprendía que contra este Madrid B también se tiene que hacer mucho más para ganarle.

El equipo vigués no estuvo cerca ni un momento. Ni en los primeros minutos, cuando el encuentro iba a un ritmo de paseo, como si nadie quisiese que pasasen cosas ni después, cuando aceleró Ceballos, se puso el Real Madrid a lo suyo y no hubo manera de detenerlo. Y por si acaso, por si el Celta despertaba, Courtois, ya mediada la segunda parte, se estiró cómo sólo él es capaz para desbaratar la mejor ocasión de Aspas y del Celta. Creía que le había regateado ya y después se lo volvió a encontrar.

El Real Madrid vuela

Va el Real Madrid a velocidad de crucero con esa confianza en a que piensa que le va a salir todo y no deja de intentar. Da igual que Ancelotti cambie a gran parte del equipo, que Nacho juegue en la derecha, que el equipo salga al campo sin Modric ni Kroos o que el goleador de Londres, Rodrygo no aparezca en el césped hasta el minuto 80 del partido. Hubo un tiempo, que parece lejano, que Ancelotti dudaba entre el brasileño y Asensio para la banda derecha, porque no se fiaba de ninguno en serio. Ahora pondría la mano en el fuego por los dos.

Para sacar a Rodrygo quitó a Vinicius y dejó en el campo a Benzema. Son los dos futbolistas que apenas rotan, además, del portero. Vini fue un show todo el rato que estuvo en el campo, con empate a cero y con la victoria confirmada. De su carrera, tras un pase excepcional de Ceballos, nació el primer tanto y de algunas cosas que hizo con la pelota, nacieron los gritos de sorpresa en la grada. Vini no ha decaído nunca y ahora el resto de la plantilla se ha unido a él.

Falta que Benzema se una a la fiesta de manera definitiva. Quizá es que sólo está esperando. La novela aún tiene que seguir avanzando.