LaVuelta 24

La nueva cabeza de Enric Mas

El líder de Movistar ha cambiado su manera de correr después del Tour. Ahora es más ambicioso y da sensación de divertirse

-FOTODELDÍA- OUREM (PORTUGAL), 18/08/2024.- El ciclista español Enric Mas, del Movistar, durante la segunda etapa de la Vuelta a España, este domingo entre las localidades de Cascais y Ourem (Portugal). EFE/Javier Lizón
Enric MasJavier LizónAgencia EFE

«¿Te gustaría correr de la manera en que corrías en Quick Step, cuando fuiste segundo en la Vuelta después de ganar una etapa en Andorra?», le preguntó la periodista Ainara Hernando a Enric Mas. «Si le dices a Eusebio [Unzué] que me respete el contrato», fue la respuesta del ciclista de Movistar. Era el primer día de descanso de la Vuelta del año pasado y Enric, acostumbrado a correr de manera conservadora, se conformaba con estar entre los primeros aunque apenas tuviera visibilidad.

En un año pasan muchas cosas y aquel ciclista prudente y conformista se ha transformado en un ciclista ambicioso y en una de las atracciones de la Vuelta, como demostró el domingo camino de Granada. Mas atacó en Hazallanas para despegarse de Roglic, demasiado castigado por el calor, y llegó a tener más de un minuto de ventaja. La perdió en el descenso hacia la ciudad, pero demostró que está en condiciones de pelear por cualquier cosa en esta carrera.

Han pasado doce meses desde aquel descanso de la Vuelta 23 en Valladolid y, sobre todo, ha pasado un Tour que ha sido una prueba de madurez para el ciclista balear. «Fue un palo duro para Enric no poder estar en la clasificación general, porque es un corredor de grandes vueltas, de resistencia pura y dura. Pero supo sobreponerse, dar la vuelta a la cosa, ha disfrutado mucho de las etapas que corrió en la fuga y para mí junto con Richard Carapaz fueron los que mejor terminaron el Tour. Es un Enric que disfruta mucho de la bicicleta», explica Pablo Lastras, uno de los directores del equipo Movistar. «El Tour ha sido bueno. Lo importante es que terminen con ganas de bicicleta. Y Enric terminó con ganas. Para él ha sido fácil preparar la Vuelta. Está estupendo», añade.

«En el Tour supo sobreponerse, ha disfrutado mucho de las etapas en fuga. Disfruta de la bici»

Pablo Lastras

«Richard Carapaz y Enric Mas que han salido rabiosos del Tour. Son corredores con raza y el palo que se han llevado en el Tour de Francia les ha motivado o les ha concentrado para llegar mejor a la Vuelta a España», asegura Purito Rodríguez, ahora embajador de seguros Caser y comentarista de la Vuelta en Tve.

«Carapaz y Mas han salido rabiosos del Tour. Son corredores de raza y el palo les ha motivado»

Purito Rodríguez

Enric estuvo a punto de caerse en el último descenso hacia Granada en la etapa del domingo. Su miedo a las bajadas ya lo superó con la ayuda deÓscar Saiz, un especialista que ha trabajado con más ciclistas en esa disciplina después de un frustrante Tour de 2022 en el que el bloqueo que sufría en los descensos lo anuló como ciclista. El domingo el problema era del asfalto, no de la cabeza de Enric, que siguió pedaleando e incluso aumentando su ventaja. Mas es un ciclista sensato, que no duda en pedir ayuda para mejorar su rendimiento.

Tampoco ha despreciado la ayuda psicológica para mejorar su rendimiento en las carreras. «A los deportistas nos enseñan a trabajar, nos enseñan a sufrir, a cuidarnos y a dormir. Pero no te enseñan a este ritmo de la vida de presión, de cero tolerancia a la frustración, son cosas negativas que te van restando y luego de repente te aparecen y dices ¿cómo salgo yo ahora de esto?», dice Lastras, que fue ciclista profesional durante 18 años y ganador de etapa en las tres grandes. «El ritmo actual me asusta. Y pienso que cada vez van a dejar la bici muy pronto. Para poder trabajar todas esas cosas que vienen, igual que tienes un abogado que te lleve el tema fiscal o un nutricionista, por qué no tener un coach mental o un psicólogo. Hay que darle un empujón a esos puntos», asegura Lastras.

Enric Mas tiene ahora 29 años y disfruta del mejor momento de su carrera. Ahora es más ambicioso. «Las sensaciones han sido buenas, pero no ha servido de nada», decía en la meta de Granada. Ha pasado un año y Enric parece otro.