Neymar, de lío en lío

Después de la polémica de Mestalla, el brasileño del Barcelona se enzarzó con Vezo en una pelea que llegó hasta el túnel de vestuarios.

Parece que Neymar tiene imán para estar siempre en el centro de la polémica. Jugador de sangre caliente, últimamente está en todas las peleas del Barcelona. La semana pasada contra el Valencia fue acusado de provocador antes del lamentable incidente de la botella. Increpó al público en la celebración del gol del triunfo y después les cayó de todo. Al final del encuentro, Enzo Pérez se lo quería «comer» y tuvieron que separarlos. Al final del encuentro contra el Granada fue con Vezo con quien se las vio.

La secuencia

Vezo, jugador cedido precisamente del Valencia al Granada, fue el encargado de vigilar de cerca a Neymar durante el encuentro. El brasileño, el más inspirado del tridente aun sin ser su mejor partido, jugó con la alegría habitual, con algunos detalles como un control de rabona después de un cambio de juego. La tensión estalló después de una acción en la que Ney presionó a Cuenca y le hizo falta. Vezo estaba cerca, le dijo algo, el azulgrana se dio la vuelta y contestó y llegaron a chocar cabeza con cabeza mientras se insultaban. El propio Cuenca, ex azulgrana, y Paco Alcácer acudieron a poner paz. Los dos fueron amonestados, pero en la distancia continuaron con el intercambio de pareceres hasta el clásico «te veo luego fuera del campo».

«Los separamos»

Y, efectivamente, así sucedió. En el túnel de vestuarios siguió la bronca, según reconoció después Samper, el centrocampista azulgrana que esta temporada está cedido en el Granada. «Se pelearon y los separamos. No pasó nada más», aseguró el futbolista que jugó por primera vez en el Camp Nou como visitante.

Estilo

Son muchas las veces que se ha visto a Neymar discutiendo con los rivales en las tres temporadas y media que lleva en el Camp Nou. Este curso, también en el partido contra el Leganés la polémica se focalizó en el brasileño, pero por su estilo de juego. El público del equipo madrileño la tomó con él al considerar que estaba riéndose del rival por su forma de jugar cuando el Barça ya tenía el resultado a favor. En ese partido vio una amarilla por protestar. El sábado se la mostraron por su encontronazo con Vezo. La única amonestación que tiene por un motivo futbolístico fue ante el Valencia, por una obstrucción. Tantas amarillas suponen un problema, ya que se acerca a la sanción de un partido. En una situación parecida se encuentra Suárez, que con cuatro tarjetas está a una de la suspensión. Tres de ellas han sido por protestar y una por la entrada a Filipe Luis.