Marc Márquez está estos días de vacaciones forzadas por culpa de la cuarta operación en el húmero. No puede estar en las carreras de MotoGP, así que sube fotos a las redes sociales viendo competir a sus compañeros y disfrutando del tiempo libre en el pantano de San Juan o en la cubierta de un barco. Parecería un veraneante más si no fuera porque sigue llevando el brazo derecho en cabestrillo, que tiene todavía inmovilizado después de la intervención a la que se sometió en Estados Unidos.

Una operación compleja realizada en la clínica Mayo por el doctor Sotelo, y que es el último intento del campeón del mundo de MotoGP por volver a ser el mismo. El doctor le ha corregido una rotación de 30 grados del húmero derecho, en busca de que la articulación recupere toda la movilidad y la fuerza que tenía antes de la lesión y Marc pueda volver a pilotar como en sus mejores tiempos.

Los “restos” de esta operación todavía son visibles en el brazo derecho de Márquez, que luce una cicatriz, prácticamente desde el hombro hasta el codo, de unos 25 centímetros que es espectacular e impresiona verla.

Además está en paralelo a otras que anteriores que responden a las tres operaciones más que ya lleva el piloto del Repsol Honda en ese brazo derecho. Un sufrimiento muy grande por el que está pasando y que nadie esperaba después de que en 2019 sumara su octavo título mundial en todas las categorías y el sexto en MotoGP.

Pero todo se torció en 2020, después de la pandemia, cuando el campeonato por fin pudo arrancar tras el confinamiento. Aquella ya maldita caída del mes de julio en Jerez en la que Márquez fue golpeado por la rueda delantera de su Honda y se fracturó el húmero. Parecía una lesión más, fue operado de urgencia y cuatro días después estaba de vuelta en Jerez para que los médicos le dieran el ok para volver a competir.

Márquez era capaz de hacer flexiones y parecía fuerte, así que los doctores le permitieron participar, pero tras unos primeros entrenamientos, tanto el piloto como el equipo decidieron volver a casa. Después vino una rotura de la placa cuando abría un ventanal en su casa y todos los problemas que le han llevado hasta esta cuarta operación.

Marc nunca ha dejado de ser positivo y ahora disfruta como puede de los días de descanso obligados hasta que los doctores que llevan su caso le permitan empezar a hacer más ejercicios con el brazo derecho.