Paul Clement hace un expresivo gesto con la boca y con la cara cuando se le pregunta por el gol de Zidane. Es un gesto de asombro, como una repetición consciente de lo que se debió de dibujar en su rostro inconscientemente cuando lo vio hace doce años. Clement es ahora ayudante de Carlo Ancelotti en el Madrid y, por tanto, compañero de Zidane al mando del vestuario blanco. El gol de Zidane es el gol de Zidane: Solari dio un pase largo a Roberto Carlos por la banda izquierda, el lateral brasileño centró como pudo, pero le salió un globo que se marchó al cielo. Ese balón cayó después al suelo, como si lloviese, hacia el borde del área y allí Zizou levantó la pierna y puso la pelota en la escuadra. De donde no había nada sacó un título. Es una imagen que se les quedó grabada a quienes estuvieron allí en directo, a los que lo vieron por la tele y también a los que ni siquiera imaginaban que doce años después estarían acompañando a Zizou en el intento de conseguir la siguiente Copa de Europa.

«INIMAGINABLE»

Dani Carvajal ha llegado este año al primer equipo tras pasar por la cantera y un año en Alemania. Fue quien puso la primera piedra de Valdebebas. Ha sentido el madridismo, ha cumplido el sueño de tanto niño que hoy juega en la Ciudad Deportiva del Madrid. Hace doce años, cuando sólo tenía diez, aquella noche de mayo, Carvajal aún no había entrado en la cantera del Madrid y veía la tele con su familia. El futuro que le esperaba no entraba ni en su sueño despierto más desbocado: «Estaba en casa con mi familia dando gritos de alegría esa noche. Para mí era inimaginable que en este tiempo pudiera entrar a formar parte del grupo que intentará ganar la Décima», aseguró ayer a pie del campo de entrenamiento, de lo que es su segunda casa. Ramos recuerda que estaba en Sevilla. Era un chico de 16 años. «Un gol espectacular», decía ayer. Mientras, Arbeloa acababa de llegar a los filiales del Madrid. «Era mi primer año», explicó. «Es un gol que todos recordamos», añadía.

«ESE SALTO QUE DIMOS»

Nacho es otro de los canteranos de la primera plantilla. A sus 24 años se ha ganado un sitio como un defensa seguro y serio. «Llevo 14 años defendiendo esta camiseta», decía orgulloso. Como Carvajal, era un niño delante de la televisión. Él ya llevaba un par de años en las categorías inferiores del Real Madrid, quizá podía pensar que alguna vez disputaría una final de la Liga de Campeones. Nacho, en el campo, siempre parece concentrado, incapaz de perder la calma. Aquella noche gritó como un loco: «Recuerdo el gol de Zidane, lo vi en casa, con la familia, ese salto que pegamos... ese salto que tenemos que hacer dar a la gente ahora».

«IMPRESIONANTE»

Meses después del gol de Zidane, en agosto de 2002, un muchacho de 17 años jugó sus primeros minutos como profesional en el Sporting de Lisboa. Había pasado de los juveniles al primer equipo en un año. «No recuerdo dónde estaba cuando Zidane marcó ese golazo –aseguraba ayer el portugués–. Pero sí que fue impresionante».

«UN GRAN MOMENTO»

Con doce años, Bale vivía en Cardiff, Gales, mientras Zidane escribía su leyenda en Glasgow. Ya se había hecho una foto con la camiseta del Real Madrid. Si algo necesitaba para sentirse más madridista era esa imagen: «Me acuerdo bien de la final de la Novena. La volea de Zidane y el título han sido grandes momentos», decía ayer en inglés y sonriente el autor del gol de Mestalla.