Baloncesto
Megan Gustafson, el último "fichaje" de España
La pívot de origen estadounidense y nacionalizada española debutará con la selección en el Preolímpico. España debe ocupar una de las tres primeras plazas en un grupo con Japón, Canadá y Hungría
Uno de los argumentos de la selección española de baloncesto para estar el próximo verano en los Juegos de París nació en Wisconsin hace 27 años, es zurda, mide 1,91 y se llama Megan Gustafson. La pasada primavera la FEB comenzó los contactos para su fichaje y el 14 de junio obtuvo la nacionalidad española por carta de naturaleza debido a que en ella concurrían "causas excepcionales". Gustafson no llegó a ganar la plata del Eurobasket y tampoco pudo debutar en la ventana FIBA de noviembre por culpa de una fascitis plantar. Se estrenará mañana en el Preolímpico que España disputa en Sopron.
La selección está encuadrada en un grupo con Japón, Canadá y Hungría. Tres de las cuatro selecciones estarán París. Lo que parece una tarea sencilla no lo es tanto. Las niponas llegan como subcampeonas olímpicas; las norteamericanas, entrenadas por Víctor Lapeña, fueron cuartas en el Mundial 2022 y Hungría es la más débil del grupo, pero... es el anfitrión y en las semifinales del Eurobasket España sufrió para superarlas (69-60).
Aquí aparece Megan Gustafson. "Va a aportar mucha calidad al equipo y es un salto de calidad sustancial. Da consistencia y opciones, es muy buena anotadora, postea, defiende, es muy grande, rebotea bien... Es un lujo y un buen fichaje", asegura Elisa Aguilar, presidenta de la FEB. Miguel Méndez, el seleccionador, es más comedido: "Es una jugadora para futuro. Más que el hoy es el futuro inmediato. Confío en las jugadoras del EuroBasket, y con ella hay expectativas... pero no viene como salvadora o cosas así".
Sancho Lyttle (San Vicente y las Granadinas) y Astou Ndour (Senegal) son los ilustres precedentes. Dos jugadores interiores con las que las medallas se convirtieron en una costumbre. El currículum de Megan Gustafson es para confiar en que el salto de calidad se repita. Fue una estrella universitaria en Iowa (27,8 puntos y 13,7 rebotes en su quinto año) y en Europa se convirtió en un referente en la Euroliga con el Olympiacos. Con el equipo griego fue la máxima anotadora (22,4) y la quinta reboteadora (9,4) de la competición. Ahora milita en los Londons Lions, su quinto equipo en Europa, con el que ya ha ganado la Liga inglesa. En la WNBA tampoco ha terminado de asentarse, pero su última franquicia son las campeonas de Las Vegas Aces que la ficharon porque "hace todas las pequeñas cosas para ganar campeonatos".
En el vestuario de la selección ha caído de pie. "Quiero ser parte de algo más importante que yo misma. Siempre ha sido difícil encontrar un hogar, todos los años cambio. La relación a largo plazo con España me emociona. Yo juego por lo que hay en el frontal de la camiseta, no por lo de la espalda", asegura. Hoy empezará a demostrarlo ante Japón.
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