Marc Márquez lo vuelve a hacer: segunda victoria consecutiva para el 93

1.043 días necesitóMarc Márquez para volver a ganar en MotoGP y sólo le han hecho falta siete más para repetir, como si fuese sencillo, como si el pasado no existiese y el Marc de siempre nunca se hubiese ido. Unas gotitas de lluvia le bastaron en Misano al «93» para volver a hacer magia, para confirmar que es único, o al menos, uno de los elegidos. Empezó a chispear y todos temblaron menos él, que si la cosa está deslizante, hasta disfruta, sobre todo ahora que ya comienza a entender perfectamente cómo se pilota la Ducati. «No sé si he sido el más listo o el más atrevido. A principios de año me costaba un poco en estas circunstancias, pero ahora tengo la moto por la mano y eso me da confianza. No había nada que perder y mucho que ganar», explicaba en Dazn después de su segunda victoria consecutiva esta temporada.

En Aragón se vio muy pronto que el nuevo asfalto no tenía secretos para él y arrasó los tres días, de viernes a domingo. Pero en Misano no estaba la cosa tan fácil, especialmente después del error de la Q2, que le obligó a salir desde el noveno puesto y, como él mismo dijo, le arruinó el GP. O eso parecía, porque parece que la suerte le ha cambiado para bien al de Cervera. Que estaba algo lejos de los primeros cuando llegó la lluvia y entonces se le abrió el horizonte. En un pestañeo alcanzó a Martín y a Bagnaia, y se puso primero sin dudar. En Misano ha ganado más veces que nadie de los que están en activo, y la lluvia y una pequeña ayuda divina hicieron el resto. «Hoy desde el cielo, Fausto Gresini me ha mandado un par de gotitas de lluvia para poder romper la carrera», decía Marc sobre lo mágico de su triunfo en San Marino. El circuito Marco Simoncelli está a menos de un par de horas en coche de Faenza, la sede del equipo del expiloto fallecido, esa escudería humilde que ahora dirige su viuda, Nadia Padovani, y que esperó a Marc el año pasado para acogerlo en sus filas y devolverlo a la élite. En ese momento, al salir de Honda, el «93» necesitaba cariño y un ambiente amable, lo encontró en Gresini Racing, y él se lo está devolviendo con triunfos.

La intervención divina le mandó las cuatro gotas, pero el resto lo puso Marc, que una vez que estuvo en cabeza demostró que hay que tenerlo muy en cuenta. La pista se secó rápidamente y ahí empezó un mano a mano con Bagnaia del que salió ganador. Pecco apretó para reducir el medio segundo de ventaja que tenía Marc, pero nunca pudo recortárselo, todo lo contrario. Márquez marcó la vuelta rápida de carrera y confirmó que tiene esa velocidad que hace falta para luchar por todo. «Lo más importante es que en las últimas vueltas tenía detrás a Pecco, todo un campeón del mundo, que conoce mucho esta moto, y he podido abrir distancia», reconocía Marc.

Desde Austria ha encontrado algo que le permite estar cómodo con la Ducati, y tanto en las fotos como en los vídeos de las carreras se ve que ya va pilotando la moto italiana con más instinto y menos rigidez. En dos fines de semana ha sumado más puntos que nadie, 67, por delante de los 42 de Jorge Martín y los 30 de Pecco Bagnaia. Está a 53 del líder cuando llegó a estar a 77. No hay duda de que está volviendo, otra cosa es que le dé para luchar por el título este año. «Evidentemente quedan muchos puntos en juego y si vas recortando más vivo estarás a final de temporada. Pero si quiero luchar por el título, no puedo hacer el error de la Q2, ni tener que esperar a las cuatro gotitas que me ha mandado Fausto y que he aprovechado. No tengo que fallar en las clasificaciones, que es lo que está marcando las Sprint y las carreras largas», terminaba Marc, que empieza a ser un problema para los rivales.

Bagnaia esperaba un festival ante su público y no podía estar contento a pesar de que se queda a 7 puntos del liderato. Quería una fiesta y se la robó Márquez.