Luis León Sánchez gana, pero no puede devolver el favor

José Manuel Cayuela no es un ciclista conocido. Es uno más de la tropa en la Skoda Titan Desert Almería, el dorsal 199 en una carrera en la que los números se reparten por los resultados en anteriores eventos. Pero Luis León Sánchez sentía que estaba en deuda con él. El lunes, el murciano pudo acabar la etapa gracias a que José Manuel le prestó la rueda trasera. La suya se había rajado por completo, de lado a lado, después de cruzarse con una piedra en el camino. Y Luisle, que es un hombre comprometido, quería devolver el favor.

A mitad de la etapa, cuando la carrera atravesaba la Base de la Legión en Viator, el tercio Juan de Austria, Luisle y José Manuel iban destacados en cabeza y obligaban a mirar el listado de dorsales para conocer a ese 199 que acompañaba a Luisle. No faltaba Jagger como espectadora, la cabra de una de las banderas del destacamento. La otra, de nombre Satán, no pudo salir a saludar a uno de sus «compañeros», Nicolás Mercader, que sacrificó sus aspiraciones individuales en la etapa para ayudar a sus compañeros que han ganado la clasificación por equipos.

Luis León quería llevar a José Manuel hasta meta para entrar juntos. Era su manera de agradecerle el gesto que había tenido apenas 24 horas antes. Pero a Cayuela no le dieron las fuerzas para acompañar a un corredor de la clase de Luisle hasta la meta. Y al murciano no le quedó más remedio que seguir solo. José Manuel ni siquiera pudo entrar entre los primeros.

Ahí quedaba el gesto de Luis León, que tenía que respetar también el compromiso con sus patrocinadores, la Región de Murcia y Gesa Sports, una aseguradora especializada en seguros deportivos. Tenía que lucirlos en la meta. Y eso hizo para demostrar una vez más que es el más fuerte de estas carreras. Ya ganó el año pasado en Arabia y la pasada primavera en Marruecos. Le falta la victoria en Almería para cerrar el triplete, que se le ha escapado por una desgracia.

Luisle ganó la etapa, pero la general estaba por detrás. El italiano Riccardo Chiarini, un antiguo gregario del ciclismo en carretera, ha encontrado una segunda vida en la bicicleta de montaña y es el nuevo ganador de la Titan Desert en su versión almeriense. Sólo tenía que controlar a Luis Ángel Maté, el segundo de la general, para asegurarse la victoria. Y Maté estaba muy lejos en la general como para poder remontar sin una desgracia del italiano. Llegaron juntos y Chiarini pudo levantar los brazos.

Sólo tuvo que esperar a la llegada de Tessa Kortekaas, la primera mujer, para darle un abrazo. Los dos son compañeros del equipo Cannondale y compartieron alegría. Tessa, que ha ganado sin que ninguna rival se le haya podido acercar, ha ido de menos a más y la última etapa se ha permitido disfrutarla. Antes de entrar en la Base de la Legión se quedó descolgada del grupo en el que viajaban Chiarini y Maté. No pudo seguirles en el repecho que había antes de llegar, pero luego se recuperó. «Ha venido con nosotros hasta el kilómetro 60 y ha venido tirando», comentaba admirado el ganador de la categoría masculina.

Chiarini y Kortekaas se abrazaron en la llegada, aunque la etapa la había ganado Luisle. Con la pena de no haber podido devolver el favor.