Se adelantó muy pronto el United en el derbi de Manchester con un golazo de Rushford a los ocho minutos. Onana sacó en largo, la bajó con muchísimas calidad Bruno Fernandes en el campo del City, aguantó de espaldas y se la puso a Rushford que le metió todo el empeine para poner el balón en la escuadra. El primer golazo de la tarde y presión para el City, que no podía fallar después de la victoria del Liverpool el sábado.

Entonces llegó el fallo increíble de Haaland, que prácticamente a portería vacía y a dos metros de la línea remató por encima del larguero lo que parecía imposible que no fuese gol. Se llegó las manos a la cabeza el noruego, que se guardó al espinita hasta casi el final, cuando sí que aprovechó un fallo de Amrabat y una recuperación de Rodrigo Hernández para tocar con suavidad al palo largo de Onana y colocar el 3-1 que era definitivo y que permitía celebrar a lo grande a Pep Guardiola, abrazado a Juanma Lillo, conscientes los dos de lo importante que era este triunfo para seguir en la carrera por la Premier League con el Liverpool.

En medio de todo esto apareció Phil Foden para destapar todo su repertorio y, con un doblete, darle la vuelta al marcador en el derbi. Primero con un obús que se coló por toda la escuadra, exactamente el mismo lugar y la misma portería donde había marcado Rushford.

Y después firmó una pared dentro del área para, con más delicadeza, poner el balón al palo largo lejos de Onana. Dos acciones maravillosas del canterano del City, que con Guardiola se está convirtiendo en un hombre para todo, capaz de aparecer por muchos sitios y presentar distintos perfiles ante la portería contraria.

El próximo domingo se enfrentan Liverpool y Manchester City por el liderato de la Premier League, ya que llegan separados por un punto: 63 para los de Jurgen Klopp y uno menos para los chicos de Pep Guardiola.