Liga de Campeones

Giuliano Simeone, algo más que el hijo del entrenador

El pequeño de los hijos futbolistas del Cholo se quitó el domingo contra el Leganés el peso de la herencia

MAJADAHONDA (MADRID), 22/10/2024.-El delantero Hispano-Argentino del Atlético de Madrid Giuliano Simeone, durante el entrenamiento en el Ciudad Deportiva en Majadahonda este martes, preparatorio del partido de Liga de Campeones de mañana contra el Lille.-EFE/ Rodrigo Jiménez
Entrenamiento del Atlético de MadridRodrigo JimenezAgencia EFE

Cargar con el apellido Simeone no es fácil en el fútbol. No lo ha sido para ninguno de los hijos del Cholo, pero para Giuliano es más complicado aún. El pequeño de los tres hijos del primer matrimonio del entrenador del Atlético trabaja cada día a las órdenes de su padre. Y, aunque figure como Giuliano en las alineaciones, el apellido siempre está presente.

Giuliano sigue siendo Simeone, pero desde el domingo la carga es un poco más relajada. Suyo fue el pase del gol de Griezmann que ponía a los rojiblancos por delante. Pero llegó después de una acción en la que la genética no pudo esconderse. Se lanzó al suelo para salvar una pelota que se marchaba por la línea de fondo y la puso en el área pequeña para el gol de Antoine.

«Es su trabajo. Es lo que tiene que hacer. Está creciendo, tiene muchas cosas por mejorar, pero tiene hambre. Y cuando un futbolista tiene hambre e ilusión...», decía el Cholo después del partido para rebajar la euforia mientras el público se marchaba con la sensación de haber encontrado otro Simeone al que adorar.

El Cholo no aplica preferencias a su hijo, que no ha tenido demasiadas oportunidades de ser titular esta temporada. Solo entró desde el comienzo contra el Celta en Balaidos, quizá animado por la cábala. El año pasado, con la camiseta del Alavés, marcó en Mendizorroza contra los vigueses y este año su padre le puso en el once titular.

No fue fácil el curso pasado para el pequeño de los hijos futbolistas del Cholo. La temporada anterior ya jugó cedido en el Zaragoza, como tantos canteranos, y la temporada pasada le tocó repetir experiencia en el Alavés. Pero en un partido de pretemporada contra el Alavés le rompieron la tibia y el peroné y no pudo estrenarse en la Liga hasta el mes de enero. El que marcó al Celta fue su único gol.

Giuliano, igual que sus hermanos, eligió ser delantero. Giovanni, el mayor, marca goles para el Nápoles y Gianluca, el mediano, juega ahora en el Rayo Majadahonda. Pero al pequeño, el único al que ha dirigido su padre hasta el momento, le toca adaptarse a otros terrenos. El entrenador del Atlético le ha encontrado acomodo en el lateral, dentro de ese sistema de tres centrales que se empeña en utilizar. En Vigo jugó, y sufrió, por la izquierda. Contra el Leganés, le tocó mirar a la derecha. Y fue desde allí desde donde levantó el partido para el Atlético.

«Estoy orgulloso de Giuliano por cómo trabaja, por cómo no baja los brazos, por más que juegue o no suma para el grupo. Está educado de esa manera. No tiene padre, no tiene madre, cuando hay que ganar hay que ganar, eso me gusta. Le felicito por su gran trabajo», decía Simeone padre después de enfrentarse a su hijo vestido con la camiseta del Alavés la temporada pasada.

Pero sí tiene padre y todos lo saben. O casi todos, porque para Neyou, el jugador que marcó el domingo el gol del Leganés en el Metropolitano, Giuliano no existía hasta ese momento. «Ni sabía que era el hijo del Cholo Simeone ni sabía cómo se llamaba. Te lo juro... no le conozco», admitía después del encuentro. «No conozco a muchos jugadores del Atlético de Madrid. Yo no miro mucho el fútbol», aseguraba el internacional camerunés. Ahora ya sí lo conoce. No le queda más remedio después de que acabara siendo decisivo para la remontada de un partido que el Leganés se había ilusionado con ganar.

Pero el Cholo no quiere mimos para su hijo, que tendrá que regresar al banquillo contra el Lille. En Liga de Campeones solo le ha permitido jugar la última media hora del partido contra el Benfica, cuando el Atlético, que acabó goleado, ya se manejaba en el desastre. Pero las cosas cambian y el apellido Simeone empieza a ser una carga menos pesada para el padre y para el hijo.