Champions League
Girona 2 Feyenoord 3: La Champions no perdona los errores
Tarde desgraciada en Montilivi de un buen Girona que, sin embargo, pagó muy caros sus fallos con dos goles en propia y un penalti fallado
No hay manera. El Girona vivió un debut amargo, incluso desgraciado, en la primera tarde de Champions en Montilivi. Los catalanes cayeron con todo el honor frente al Feyenoord (2-3) en un partido que tuvo cuatro goles en propia puerta y hasta dos penaltis parados.
Apostó Michel por la velocidad arriba con Bryan Gil y Miovski junto a Tsygankov, en lugar de buscar la referencia con Abel Ruiz. Y, más allá de lo anecdótico de tener que repetir el saque inicial -el árbitro, el suizo Schnyder, debutaba en la competición-, al principio le salió bien. En el centro del campo fue Van de Beek quien acompañó a Yangel Herrera.
Con estas armas, el Girona salió al césped de Montilivi con una marcha más que el Feyenoord. Un conjunto, el neerlandés, que nunca ha pasado de la fase de grupos de la Champions desde que se llama Champions. Precisamente Van de Beek fue el primero que se acercó con verdadero peligro al arco rival, conectando ligeramente desviado un cabezazo a la salida de un córner.
Y las buenas sensaciones se hicieron realidad en el 19, y tuvo que ser un veterano como David López, uno de esos jugadores que se han labrado una trayectoria a base de picar piedra un año tras otro. Una falta con mucho peligro desde la derecha encontró el remate de Miovski, rechazó mal Beelen y David López en doble remate acabó inscribiendo su nombre en la historia del club como el primer goleador en Champions.
Duró poquito la alegría porque, apenas tres minutos más tarde, Quentin Timber cabeceaba un centro, el balón le daba en el hombro a Yangel Herrera y se metía en el marco de Gazzaniga despistando al portero. Con qué poco sacaron premio los neerlandeses, pero así es esta competición. Y el Girona las está recibiendo de todos los colores. Incluso en forma de lesiones, porque en la siguiente jugada tras el empate, Tsygankov se paraba en plena carrera y tenía que abandonar el partido. Su lugar lo ocupó Danjuma.
Y si David López tendrá para siempre la gloria de haber metido el primer gol, suyo fue también el error que propició la remontada neerlandesa. En una salida de balón en corto desde portería, el central hizo una entrega terrible, floja y hacia delante en el centro del campo. Robó Paixao, la metió entre líneas y Milambo la clavó al palo corto. Pudo ser incluso peor, porque Iván Martín cometió un penalti sobre Timber -el mejor visitante sin ninguna duda-, pero Gazzaniga adivinó a Ueda y evitó que el partido se fuese al descanso con una distancia inmerecida.
Salió de nuevo el Girona con fuerza, fiel a sus ideas. Y encontró premio con un gol de Van de Beek, pero el mediocentro estaba adelantado y el VAR determinó que no valía. Así que tocaba seguir remando. Se ilusionó Montilivi con un penalti sobre Miovski, que el propio delantero trató de convertir... y lo detuvo Wellenreuther.
Pero no desfallecieron los de Míchel. Siguieron dominando el juego, buscando la vía de agua. Hasta que la encontraron, y fue de nuevo Van de Beek quien definió en el primer palo, poniendo otra vez las tablas a falta de un cuarto de hora. Después de sobreponerse a todo, llegaba nuevamente el premio en forma de empate. Y, una vez más, la alegría duró escasos cinco minutos. Esta vez fue Krejci el que llegó tan forzado a un envío raso desde la banda que lo acabó metiendo en la red.
Sin bajar los brazos, el Girona tuvo todavía algún acercamiento más con peligro, incluida una mano tremenda de Wellenreuther en el 88 a un remate de cabeza de Stuani, que había entrado minutos antes. Terminó el encuentro y el Girona se queda en la zona baja de los 36 equipos. Quedan seis fechas, pero es inevitable pensar que, tal vez, la Champions no quiere a este equipo a pesar de proponer muchísimo más fútbol que los que están con él en la clasificación.
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