Qatar 2022
El único lugar donde Messi no existe
La Bombonera y el barrio de La Boca son territorio Maradona. Su Mundial se juega cada semana y Riquelme es su único escudero
Hay un lugar en Buenos Aires en el que Messi y su estrella no existen, un lugar donde la iconografía está reservada para Maradona y Riquelme, los verdaderos ídolos del barrio de La Boca y de Boca Juniors.
El último rival que pisó La Bombonera era el modesto Central Córdoba, un equipo de la provincia de Santiago del Estero con escasa historia en la máxima categoría del fútbol argentino. Pero eso da igual. La parafernalia es la habitual, charangas y tambores en las calles que dan acceso al estadio, sin importar que una de las bandejas del fondo norte esté clausurada por motivos de seguridad. Una grieta impide el acceso del público, pero eso no hace que se pare la fiesta.
Desde más de dos horas antes del comienzo del partido la afición boquense calienta el ambiente como si fuera la final del Mundial. Porque su Mundial se juega todas las semanas, siempre que hay partido de Boca.
Porque si la albiceleste es el orgullo de Argentina, Boca es el orgullo de La Boca, el símbolo de su identidad. Un equipo de barrio que ha sido capaz de conquistar el mundo. Un reducto de verdad ahora que hasta la calle Caminito ha quedado convertida en un parque temático.
Cada pueblo, cada calle tiene su banda con ramificaciones boquenses en las que se escenifica la previa con sus pancartas y sus reproducciones de los trofeos más destacados de la historia del club auriazul. Entre choripanes y minis de cerveza, los aficionados adoran a la Libertadores y a la Intercontinental.
Y presidiéndolo todo, siempre, una imagen de Diego Maradona. Vestido con la camiseta de Boca, en ocasiones con la banda dorada que se tiñó en el pelo en su última etapa en el club, después de sus sanciones por dopaje.
Maradona borra a Messi del barrio de La Boca. En el resto del país, Leo se atreve a competir después de ganar el Mundial, pero en el barrio el único escudero de Diego es Juan Román Riquelme, figura antes y ahora vicepresidente de la entidad.
Dentro de La Bombonera, Boca es el único sentimiento. Un grito unido que nace desde el fondo que ocupa la Doce y que se incrementa cada vez que un balón se acerca al gol. Aunque no sea mucho. Entonces, es todo el estadio el que se une para multiplicar los decibelios. Todos a una con Boca. El único lugar donde Messi no existe.
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