Fútbol

Sporting de Braga - Real Madrid (1-2). Impecable en Europa

En un día no especialmente bueno, el Real Madrid de Ancelotti supo cómo ganarle al impetuoso Sporting de Braga

Braga (Portugal), 24/10/2023.- Real Madrid player Jude Bellingham celebrates scoring the 0-2 goal with his teammates during the UEFA Champions League group C soccer match between SC Braga and Real Madrid, in Braga, Portugal, 24 October 2023. (Liga de Campeones) EFE/EPA/HUGO DELGADO
Sporting de Braga - Real Madrid. Bellingham hizo el segundo golHUGO DELGADOAgencia EFE

Durante la larga temporada, salen muchos partidos así, como el que vivió el Real Madrid contra el Sporting de Braga. Días en los que no estás especialmente atinado o que tienes otra cosa en la cabeza. Dices que no, pero la tienes. Días en los que lo que haces es menos importante que lo que viene. Lo que hay que hacer es que pasen rápido y ganarlos, como hizo el equipo de Ancelotti, impecable en la Champions, con tres victorias en los tres encuentros adaptándose a las circunstancias. Ganó al Unión Berlín en un día que parecía que se le escapaba en el Bernabéu, superó al Nápoles con Bellingham en plan Maradona y venció al Sporting de Braga porque fue muy efectivo y porque tuvo muy claro cómo había que afrontar el partido: balones largos a Vinicius.

Uno de los memes de la red suele comparar una charla de Guardiola con una de Ancelotti. Mientras la de Pep sería como una lección complicada de física, la de Ancelotti más parecido a aquella charla de Pelé en Evasión o Victoria: que se la den y regateen. Es decir, señores, vamos a lo simple , lo más fácil, lo más efectivo. En Portugal, contra un equipo apoyado por su público, con la fe de quien tiene poco que perder y todo por ganar, el Real Madrid se replegó, tuvo poco la pelota, pero llegó dos veces para hacer dos goles y cerrar cualquier duda. En la dos fue ganando la espalda a una defensa que jugaba muy adelantada por el ímpetu de su equipo y para poder presionar arriba. Pero hacer eso con Vinicius ardiendo en el equipo contrario es jugar a saltar en el precipicio.

Apenas había tenido protagonismo el Real Madrid en la primera mitad, superado un poco por el ambiente o el mal tiempo, pero llegó Nacho y puso en práctica lo que les, se supone, les habría dicho Ancelotti: salid simple, salid en largo, buscad a Vinicius. Nacho dio un pase desde la defensa y Vinicius ganó a su rival, luego se lio un poco con el balón, tuvo tiempo para rehacerse y le puso la pelota a Rodrygo. Joselu tuvo un proceso gripal antes del choque y no sabremos si Ancelotti confío en Rodrygo porque seguía teniendo fe o bien porque no tuvo más remedio. El caso es que el balón le llegó, dio en su marcador, dio en él y marcó, por fin, encontró el consuelo que durante tantos días había estado buscando, ya en crisis, como les falta a los jugadores de ataque cuando la puntería se les confunde. Rodrygo suma 17 goles en la Champions a una edad que, esa cifra, sólo había llegado Raúl. Su conexión con esta competición no la tiene ningún delantero en Europa.

El gol no cambió lo que fue el partido. No cambió nunca. El Sporting de Braga atacaba, tenía la pelota y el Madrid esperaba para correr. Durante la primera mitad, esas dos maneras de jugar dieron un partido igualado. Vinicus hacía daño con sus carreras y el equipo local llegaba cada vez más cerca de la portería de Kepa. Si no marco antes del descanso fue porque Bellingham y Rüdiger sacaron dos remates en el área pequeña.

El equipo de Ancelotti no parecía angustiado por esa manera de vivir, parecía que lo manejaba bien. Otra cosa fue la segunda parte, cuando a Ancelotti ya sí que tuvo mucha angustia por el resultado. Ni siquiera el paso del tiempo dio la pelota al equipo español, que es lo que suele ocurrir en la mayoría de los encuentros. Modric, titular, no se hacía con el centro del campo y el equipo seguía apostando por llegar arriba rápido. Lo que pasa que no lo hacía con la misma frecuencia que antes.

Sin embargo, marcó en otra transición veloz, pero esta vez no fue un balón largo, sino una jugada muy típica de Valverde, una carrera a la contra, para Rodrygo, su pase a Vinicius no acabó en remate del brasileño. Éste vio llegar a Bellingham y el inglés marcó su tercer gol en su tercer partido con el Real Madrid en la Champions.

Todo tenía que cerrarse ahí, pero se abrió, se complicó y se asustó el Madrid.

El equipo local jugó como si no llevase dos tantos en contra y su rival no fuese el mejor equipo de la Champions. Marcó un gol y creyó como otros no saben creer. Ancelotti lo vio mal y mientras el rival no hacía más que sacar delanteros, el italiano ponía en el campo a Tchouameni, Mendy y Lucas Vázquez, mientras Camavinga se crecía con Rüdiger para contener al rival.

Encima, cayó Bellingham, que tuvo que ser sustituido. El partido se le hizo larguísimo al Real Madrid. Lo bueno es que se maneja como nadie también en los días feos.