Fútbol
Real Madrid-Union Berlin (1-0): Y entonces Bellingham empezó a correr
Un gol del futbolista inglés en el último minuto del partido dio la victoria al Real Madrid contra el Union Berlin. 32 remates hizo el equipo blanco
Hay una jugada que está empezando a ser una de esas jugadas que se repite en la memoria de los madridista, como los remates de Santillana, los brazos bajados de El Buitre, las chilenas de Hugo o las vaselinas de Raúl. Es la carrera de Bellingham hacia el área pequeña cuando alguno de sus compañeros tira a puerta. Lo hace como nadie. Mientras los demás miran o se ponen tensos o se quedan quietos o esperan, Bellingham corre entre los cuerpos, sin mirar la pelota, hacia la portería. Lo hizo cuando Valverde, ya a la desesperada, tras una seguda parte de ataque y ataque, tiró un zapatazo desde el borde del área como quien rompe en la salida del billar. Estaban casi todos los futbolista dentro del área y Valverde lanzó su trueno. La pelota rebotó en la algún lado, chocó, y se paró, botando. El portero, que lo había parado todo, se tiró sin calcular el rebote y a la pelota muerta, que unos seguía mirando, que a otros preocupaba llegó antes que nadie Bellingham, porque había empezado a correr, como siempre. Hizo su gol, como siempre y dio una victoria más complicado de lo previsto el Real Madrid.
La mereció el Real Madrid por una segunda parte en plan apisonadora, con el nervio que le había faltado antes. En total, remató 30 veces, siete de ellos a puerta, pero seis en la segunda parte. Tiene que preguntarse Ancelotti porque al equipo le cuesta tanto meterse de lleno en los encuentros, porque necesita dejar pasar los primeros tiempos para ir de verdad al área rival. En su primer día en la Champions esta temporada casi se queda sin tiempo para la victoria.
El Union Berlin estuvo muy cerca de conseguir algo que casi ni soñaba. Se estrenaba en la Champions y fue emocionante, durante todo el día, ver a sus miles de aficionados pasear por Madrid, abarrotar el centro de la ciudad y las líneas de metro camino del estadio con una fe y un apego inigualables. Un club que ha pasado por las divisiones más bajas de la Alemania, que fue el equipo de la oposición, dentro de lo que se podía, en la Alemania comunista y que vivió su primer día en Europa, su primer día en el templo más impactante del fútbol europeo como una fiesta de la que disfrutar cada segundo. Los aficionados alemanes llegaron al Bernabéu, ocuparon uno de las gradas altas del fondo norte y durante varias ocasiones consiguieron superar a la afición del Real Madrid. Pasase lo que pasase en el campo, el día, el viaje y la visita a un estadio que tan lejano les había parecido siempre, mereció la pena. Incluso conla derrota tardía´.
Se les oyó más que a la afición del Real Madrid porque ésta, más atenta al juego y contagiada por él, pasó por varios largos momentos de aburrimiento. La primera parte se hizo larga y acabó con sólo un remate a puerta: un cabezazo de Joselu, que detuvo bien, abajo, el portero rival. El nueve del Real Madrid, aunque no lo ponga en su camiseta, tuvo después otro remate muy parecido, pero que no necesitó detener el guardameta rival porque se marchó fuera por muy poco. Esas fueron las mejores opciones del un Real Madrid espeso, sin caminos para elaborar cerca del área rival. Es evidente que la baja de Vinicius se tenía que notar y en los últimos partidos cada vez pesa más su ausencia. El brasileño siempre es una puerta abierta hacia el ataque, salga bien o mal y sin él, el Real Madrid no encuentra desatascador en los días más grises. Todo le cuesta más.
Tampoco ayudó nada la lesión de Carvajal. Había empezado la temporada en la mejor forma posible, con mucho ímpetu y su banda derecha era un peligro. Lucas Vázquez no consiguió ponerse a su nivel. Porque al mejor nivel Carvajal nadie le alcanza, como bien sabe Odriozola,a ahora en la Real Sociedad. Modric jugó de titular, como había prometido Ancelotti, pero no dio la luz necesario. Tampoco Tchouameni, cuyo fútbol se ha ido apagando. Tiene pinta que es mejor cuanto más defensiva sea su labor y que tiene más problemas al dirigir al equipo en ataque. Ni siquiera se encontró a Bellingham. Tuvo un remate, pero se tropezó antes de golpear al balón. Un poco lo que fue el Real Madrid. Tuvo la pelota, pero no le sirvió para nada útil.
Eso cambió en la segunda mitad y cambió mucho más cuando salió al campo Kroos. El alemán va a ser imprescindible cuando el rival se encierre. Para el Union Berlin el segundo tiempo fue un suplicio. Se fue salvando por los palos y por su portero. Se maldecía Joselu, que llega a todo de cabeza y Rodrygo, que es intermitente, pero muy incisivo. Hacía cambios Ancelotti, salía Brahim. Nada, no había manera.
Y entonces Bellingham empezó a correr.
✕
Accede a tu cuenta para comentar