Joya tecnológica
Sensores climáticos, anemómetros, sala de vigilancia...: los secretos de la espectacular cubierta del Bernabéu que ayer se usó ante el Villarreal
El Real Madrid disputó ayer el segundo partido partido de la historia del coliseo blanco con su nueva cubierta retráctil. El primero fue ante el Getafe.
Es sin duda una de la joyas de este nuevo coliseo blanco y permitirá la explotación comercial del estadio los 365 días del año: el techo retráctil. Y ayer el club decidió volver a utilizar su espectacular cubierta ante el Villarreal tras su estreno ante el Getafe el pasado 2 de septiembre. Cabe destacar que el Real Madrid puede decidir por su cuenta cuándo jugar y cuándo no con techo en los partidos de liga. Eso sí, no tiene las mismas facilidades en Champions, donde debe ser un delegado UEFA el que tome la decisión.
El Santiago Bernabéu puede presumir desde 2023 de tener una cubierta retráctil conformada por doce cerchas de 72 metros de longitud y 72 toneladas de peso ubicadas a diferentes alturas para resguardar a los jugadores y aficionados del conjunto blanco de cualquier tipo de incidencia que pueda provocar la meteorología. La estructura de cubierta funcionará por sí sola apoyando en los cuatro elementos elementales de la misma, las dos nuevas torres del Paseo de la Castellana y los 2 nuevos pilares de Padre Damián.
Cuatro puntos de apoyo para más de 35.000 toneladas de peso. Todo un reto de la ingeniaría puesta a disposición del mejor estadio del mundo
¿CÓMO FUNCIONA?
La nueva cubierta retráctil será capaz de cerrarse y abrirse en una operación que será́ totalmente automática y durará aproximadamente 15 minutos para el guiado y 20 minutos para el inflado completo.
La nueva cubierta se ha basado en el concepto de celdas infladas de membrana asociadas a una tecnología de guiado que permita la apertura y cierre de la misma la cual se replegará desde la mitad en ambos sentidos en dirección norte-sur, deslizándose a través de unos rieles previstos bajo la parte longitudinal de la cubierta fija.
La cubierta retráctil con cojines neumáticos constituye sin duda uno de los elementos más singulares de la cubierta del estadio. Este aspecto innovador se ha reforzado con un diseño híbrido acero-composite de las propias cerchas de la cubierta. Estos materiales avanzados se emplean desde hace tiempo en la industria aeroespacial, industria naval o en la industria eólica y su uso en la construcción se encuentra en expansión.
Cada celosía de la cubierta retráctil se soporta sobre unos carros sobre raíles. Cuando la cubierta interior se repliega, cada carrito de las vigas se guía independiente por un mecanismo de cremallera y piñones. Una vez todas las celosías han alcanzado su posición final, las primeras vigas de la parte norte y sur se encuentran en el centro, por encima del terreno de juego. Cuando se ha estabilizado el sistema de vigas en su sitio el proceso de inflado de las celdas comenzará automáticamente.
El proceso de apertura ocurre en sentido inverso al proceso de cerrado. Primero las celdas de membrana serán desinfladas. Las celosías intermedias serán desbloqueadas y el sistema de estabilización horizontal será separado. Después las vigas serán guiadas hacia la posición plegada debajo de los voladizos de la cubierta principal.
OPERATIVA DE LA CUBIERTA
Para poder operar la cubierta retráctil lo primero a considerar son las condiciones medioambientales. En este sentido hay una serie de limitaciones a tener en cuenta y que pasan por el exceso de viento en altura, precipitaciones en forma de nieve o cuando la temperatura exceda de 40 grados o baje de 0. En esas condiciones la cubierta retráctil no se podrá abrir o cerrar, es decir, que si la cubierta se encuentra abierta y el viento es muy elevado, la temperatura elevada o hay previsión de nieve no se accionará su funcionamiento por seguridad. El control de todos esos parámetros se realizará desde una sala de control dispuesto para el accionado y supervisión de la cubierta retráctil, operada por expertos, y que bajo la total seguridad, supervisarán la impresionante cubierta retráctil. El imponente techo está repleto además de sensores climatológicos (4 sensores ópticos de lluvia, anemómetros, sensores de nieve, termómetros…).
Toda una joya tecnológica que convertirá al Bernabéu en el mejor estadio del mundo.