Real Madrid-PSG
La “K” es de Karim
Benzema fue la estrella en el partido en que se esperaba a Mbappé. El juego de Modric y sus goles levantaron al Madrid
Acabó el partido y Karim Benzema se arrodilló sobre el césped como la mayoría de sus compañeros después de vivir una noche de esas que se recuerdan durante generaciones. «Sí se puede», gritaba el estadio. Y se pudo. Gracias, sobre todo, al acierto del francés. Se esperaba a Kyilian [Mbappé], pero el partido se escribió con «K» de Karim.
«Perdimos en la ida, perdíamos al descanso 1-0 y es la fuerza mental que nos da esta afición que nos empuja», decía Karim después del partido, con el premio de mejor jugador en las manos, para explicar lo que había sucedido sobre el césped. «La victoria es para ellos porque fue un partido muy difícil, pero empujamos hasta el final y merecimos la clasificación», añadía el francés en agradecimiento a su afición.
Con los tres goles que marcó al PSG, Benzema supera ya a Alfredo Di Stéfano en la lista de goleadores históricos del Real Madrid. Karim ha marcado 309 y ya sólo tiene por delante a Raúl, con 323, y a Cristiano Ronaldo, inalcanzable con sus 451. «Orgulloso de superar a esta leyenda», dice Karim, que es máximo goleador de la Liga española y que ha conseguido siete goles en siete partidos en la Liga de Campeones. Al PSG le marcó tres en poco más de un cuarto de hora. No necesita más tiempo para decidir una eliminatoria. Y estuvo cerca de marcar otros tres, en dos cabezazos y en un remate desde el borde del área que despejó Donnarumma a córner.
Karim es la base sobre la que se mueve el Real Madrid, el único futbolista capaz de marcar goles con asiduidad. A veces salen de la nada, de su insistencia para ir a presionar a Donnarumma, como en el primer gol o de un pase del rival, como en el tercero. A veces el fútbol cobra sentido y Karim se encuentra con Modric, que le dio un pase increíble que rompió a toda la defensa del PSG en el segundo gol. Antes de eso también había iniciado la jugada con una carrera para romper líneas y después lanzar a Vinicius en velocidad.
Modric es el alma del equipo. Es el más veterano, pero le quedan fuerzas para correr por todos y para corregir los errores de sus compañeros. Y aún estuvo cerca de marcar el cuarto con un zurdazo que pegó en uno de los palos que sujetan la red.
Cuando terminó el partido fue otro de los que arrodilló sobre el césped. El «milagro» que acababa de conseguir junto a sus compañeros no era para menos.
«Nosotros con presión podemos ganar a cualquier equipo. Es cuestión de que todo el equipo presione, cada uno en su sitio, y también con la afición», explica Benzema. El público hace lo suyo desde la grada y Modric es el que hace sentir la presión al rival sobre el césped.
Sin Casemiro, tuvo que multiplicar sus esfuerzos en la presión y en la salida del balón. Su trabajo empezaba más atrás, con Kroos, para dar comienzo a las jugadas de su equipo. Pero siempre estaba cerca del área para terminarlas.
Es el ejemplo de la fortaleza mental de la que habla Benzema y que resultó decisiva para dar la vuelta a una eliminatoria en la que el Real Madrid se había sentido inferior. «Sabemos que al París le gusta tener el balón. Empezamos bien, tuvimos ocasiones, pero nos fuimos con 1-0 en contra al descanso. En el segundo tiempo, con la fuerza mental cambiamos el partido», dice Karim. Pero sobre todo con Luka y con él.
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