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Opinión

La fe en la albiceleste contra la “grandeur”

Las bajas no han hecho ni cosquillas en el bloque que ha creado Didier Deschamps

Didier Deschamps se dirige a uno de sus ayudantes en la semifinal ante Marruecos AFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Hay hinchas capaces de hacer lo que sea por el club de su vida. A pocos aficionados de la Roja imagino en actitud similar. Lo de Qatar no ha ayudado. Los seguidores del Atlético presumen que lo suyo no se puede comprender, aunque para entendederas chungas, la relación de los argentinos con la albiceleste. Resulta que un seguidor decide secuestrar un autobús de pasajeros cuando el chófer avisó, inconsciente él, que se bajaba a comprar algo a un kiosco. Ante el antojo y en plena cuenta atrás para comenzar la semifinal ante Croacia, tomó el volante, se llevó el autobús con el pasaje, pero terminó sin ver el partido y detenido por la policía. Hay más. Desde la cancelación de una boda, con la novia encantada por ello, a la venta de un coche para poder estar en Doha y llevarte el disgusto ante Arabia Saudí para después alcanzar el éxtasis ante Países Bajos o en la semifinal. Y lo que está por llegar.

El hincha argentino es incansable y su fe supera la de cualquier religión cuando está la albiceleste por medio. Da igual que sea rugby, tenis, baloncesto, fútbol... dos de las Copas Davis ganadas por España llegaron ante Argentina. Una en Sevilla y la otra en Mar del Plata. Los jugadores españoles, de Nadal a Feliciano, no recuerdan un público como el que se encontraron en ambas sedes. Si fuera por la hinchada, Argentina sería campeona del mundo hace semanas.

A Francia no le hace falta ese empuje exterior. Las bajas no han hecho ni cosquillas a la «grandeur» del bloque creado por Didier Deschamps. El de Bayona era un tipo desagradable de ver como jugador. Un centrocampista defensivo imprescindible para cualquier técnico de ahora y de antes. Lo mismo hasta serviría de antídoto contra Messi.