Dembélé volaba, estaba siendo decisivo y más feliz que nunca en el Barcelona, después de la insistencia de Xavi en que siguiera, cuando hace justo un año escuchaba los silbidos del Camp Nou por su negativa a ampliar su contrato. Se quedó y ya nadie se acuerda de esos momentos, pero contra el Girona su muslo cedió y volvió el fantasma de las lesiones musculares, que tanto le torturaron y que parecía haber superado tras más de 400 días sin noticias de ellas. Pierde el Barcelona a su arma ofensiva más desequilibrante, al hombre que más se atreve, con su locura, a veces para bien, otras de manera incomprensible, ahora que Xavi ha pedido valentía a sus delanteros por la falta de profundidad y de capacidad para generar ocasiones en algunos de los partidos, y entra en escena Raphinha, para empezar hoy en el duelo ante el Betis, aplazado por la disputa de la Supercopa. «Como el equipo en general», responde el preparador azulgrana cuando le preguntan por el brasileño. «Hay que generar más cosas en ataque, atreverse más, ser más decisivo en tres cuartos de campo, intentar dar el último pase... No hablo de ‘’Rafa’', sino de todo el equipo. Tengo fe en que seguirá marcando la diferencia, no lleva malos números (4 goles y 7 asistencias en 27 partidos [1.344 minutos]), le tenemos confianza», insiste Xavi.

Raphinha es el trigésimo séptimo futbolista de la Liga con más regates (13), muy lejos de los 36 de su compatriota del Real Madrid Vinicius. Sólo en el Barça hay cuatro compañeros con más: Lewandowski (14), De Jong (16), Pedri (19) y Dembélé (21). Con la lesión de este último, se queda como el único extremo puro de la plantilla en un mes en el que a la presión del campeonato doméstico se suma el Manchester United en la Europa League. Es el décimo jugador que más ha utilizado Xavi y ha participado en todos los encuentros de todas las competiciones menos en dos, el primero en Champions ante el Viktoria Plzen y en Liga contra el Athletic Club. También es verdad que sólo una vez (contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán) disputó los 90 minutos.

Fichado en verano a cambio de 58 millones, procedente del Leeds, su aterrizaje en la Ciudad Condal fue bueno y sorprendente; que cómo nadie se había fijado antes en él, se decía, aunque ya había sido internacional con Brasil y después como azulgrana no se perdió el Mundial de Qatar y fue uno de los fijos de Tite, aunque tampoco tuvo una actuación demasiado vistosa.

Vuelve Lewandowski

Poco a poco ha ido cayendo en el Camp Nou, aunque nunca le falta la capacidad de sacrificio para correr para atrás. Empezó compartiendo titularidad con Dembélé, pero el lado derecho, por donde en teoría se mueven mejor los dos, era para él. Casualidad o no, después de la derrota en el Santiago Bernabéu, Xavi estuvo un tiempo sin colocarlos a los dos a la vez y optaba más por una fórmula mixta, con un jugador de banda más encarador y otro de los que abandona el costado para irse al centro y dejar el carril para el lateral, como Ferran Torres y Ansu Fati. Últimamente la opción preferida ha sido la de los cuatro centrocampistas (Busquets, Pedri, Gavi y De Jong), «sacrificando», de alguna manera, el lado izquierdo. Dembélé ha sido el elegido para la derecha y ahora tendrá que ser Raphinha sí o sí, después de que en los dos últimos compromisos (Getafe y Girona, hasta la lesión), Xavi recuperara la fórmula de los dos extremos, sin demasiado éxito en general, aunque es cierto que el brasileño asistió a Pedri en el 1-0 contra los madrileños y estuvo en la recuperación de la pelota que terminó en el 0-1 de Pedri contra los catalanes.

Con quien compartirá ataque Raphinha es con Lewandowski, que ha cumplido sus tres encuentros de sanción, en los que el Barça ha salido adelante con el resultado mínimo. A la espera de si sus futbolistas son valientes, Xavi recupera la contundencia del polaco.