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Europa League

El Barcelona vuelve a la inoperancia ante el Galatasaray (0-0)

Las rotaciones de Xavi no funcionaron, reculó el técnico y mejoró el equipo en la segunda parte pero fue insuficiente. Se condena a tener que ganar en Turquía si quiere seguir adelante

Sacha Boey, nuevo jugador del Bayern, en un partido con el Galatasaray ante el Barça
Sacha Boey, nuevo jugador del Bayern, en un partido con el Galatasaray ante el BarçaEnric FontcubertaAgencia EFE

Con este 0-0, el Barcelona se vuelve a obligar a ganar a domicilio si quiere seguir en la Europa League. Pero es que primero no supo, y cuando encontró el camino, se quedó sin la pólvora que ha lucido en los últimos partidos ante un Galatasaray que hizo un partido defensivo fantástico. Y lo que se le escapó, lo detuvo el portero Iñaki Peña que, curiosamente, pertenece al club azulgrana.

Domènec Torrent conoce perfectamente las ideas de Xavi y del Barcelona, por su pasado al lado de Pep Guardiola en el Camp Nou, el Bayen Múnich y el City y porque hace unos meses estuvo unos días en Qatar viendo los métodos del ahora técnico azulgrana. Sabía qué vías taponar para que el juego no fluyera, que el mediocentro (esta vez Frenkie de Jong, no Busquets) estuviera siempre vigilado y fueran los centrales los que sacaran la pelota. Así, avanzaba Araujo porque le dejaban hasta que casi se chocaba con las dos líneas rivales. Todo se hacía pequeño y no había huecos. Sólo cuando los azulgrana encontraban a Adama en la derecha llegaba la profundidad, pero no era suficiente. Los tiros lejanos de Memphis tampoco y la incomodidad fue creciendo en el equipo español y en su entrenador. Acabó el primer tiempo algo descompuesto y rezando casi porque el joven Artürkoglu tuvo una arrancada “maradoniana” que no terminó dentro porque Eric García se lanzó a tapar el disparo a la desesperada. El domino aparente había servido de más bien poco, con la banda izquierda totalmente inactiva, la derecha así así y los intentos de pase filtrado de Pedri estrellándose contra una pared. Tampoco había muchos desmarques de ruptura. Faltaban ideas. Y quizá un poco de locura y liderazgo.

Por eso no tardaron en salir al campo Dembélé, Busquets y Piqué al descanso, a los que se unió Piqué. Se echó el conjunto azulgrana más hacia delante, lanzado por el central, empezó a recuperar antes la pelota y consiguió meter al Galatasaray cada vez más y más atrás. El Barça ya era más simétrico, con dos extremos. Adama lo siguió intentando por la derecha y Dembélé lo hizo por la izquierda, para conectar además a Jordi Alba. Iñaki Peña empezó a ser el mejor. La parada más importante fue ante un cabezazo de Busquets en la que tuvo que volar, pero ya se le empezaba a acumular el trabajo.

No esperó demasiado Xavi para hacer un cuarto cambio y meter a Aubameyang. Tenía en el campo toda la madera de que dispone para que la locomotora funcionara. Era un día que empezó con rotaciones, pero no duraron todo lo que al técnico le hubiera gustado.

Tuvo más ambición el Barcelona, pero esta vez lo que le faltaba era precisión para acertar a embocar alguna. Ya le costaba al Galatasaray salir, aunque todavía mostró su descaro un par de veces Artürkoglu, al que se le unió Gomis. En lo que sí se equivocó Domènec es que contra un equipo como el Barcelona no podía estar demasiado tiempo encerrado en su campo. Lo logró y tampoco sufrió un acoso súper, súper fuerte. Como los azulgrana ya estaban empezando a colgar demasiados balones, la última apuesta de Xavi fue sacar a Luuk de Jong. Pero por ahí tampoco estaba el gol.