Ernesto Valverde
El Barça rota con éxito
Vence en Girona con varias novedades en su equipo titular. Sigue con pleno de triunfos en Liga.
Como el Barcelona de esta temporada está siendo mucho Messi, Pablo Machín, el técnico del Girona, recurrió a una fórmula que ya apenas se ve para intentar pararlo: le buscó una sombra, un marcaje individual. Maffeo perseguía al «10» a la izquierda, a la derecha y al centro; le tomaba distancias con el brazo, tocaba el balón y corría en busca de su perseguido, incluso se les vio conversar en algún momento... Perdía así el conjunto local mucho peligro por la banda, pero a cambio esperaba anular el principal arma de su oponente. Salió a medias. Messi participó menos y no marcó, pero sí tocó varios balones peligrosos. Y sobre todo buscó los desmarques a la espalda de la defensa, con Maffeo corriendo detrás de él. Recurrieron a esos esprints al espacio, con Mascherano como pasador y retando constantemente al fuera de juego, el «10» azulgrana, Luis Suárez, Aleix Vidal... Por ahí estaba el hueco que dejaba el Girona, con la zaga adelantada. Pero Luis Suárez y Jordi Alba no habían aprovechado sus oportunidades cuando se quedaron solos enfrente de Iraizoz. El gol tuvo que llegar en una jugada de mala fortuna para los locales. El remate de Alba lo quiso despejar Aday, pero la pelota salió en la dirección contraria, hacia su portería, y además ajustada al poste. No fue la única desgracia que tuvo el equipo de Puigdemont, atento a lo que ocurría desde la grada. Se vieron muchas banderas esteladas entre el público, pero el ambiente fue futbolístico. Era un día histórico para el Girona.
El cuadro de Machín se medía al Barcelona por primera vez en Primera División y fue algo más tímido que en otras jornadas. Lógico. Pero tampoco fue un equipo sumiso y resignado. Intentó cambiar el destino que todos preveían (la derrota), aunque finalmente se produjo. Pero lo intentó, presionando y siendo peligroso cada vez que robaba la pelota o cuando Portu encaraba por la derecha. Sus centros no encontraron rematador y eran despejados, incluso por la cara de Umtiti en una ocasión. Douglas Luiz obligó a una estirada a Ter Stegen y después mandó alto un cabezazo. Ni con el 0-1 ni con el 0-2 se rindió. Apretó incluso más cuando llegó el segundo después de una internada de Aleix Vidal. Sin hueco, el extremo se inventó un taconazo como centro, Luis Suárez dejó pasar el balón e Iraizoz se hizo un lío y se acabó metiendo el esférico en su portería. Fue muy activa la banda derecha del Barcelona. Sergi Roberto, como lateral, y Aleix Vidal, más adelantado, se entienden perfectamente. Las rotaciones, punto débil de la última temporada, le están funcionando a Valverde. «Sirven si ganas», dijo el técnico. Y de momento lleva seis de seis en Liga. Ayer empezaron de titulares Paulinho, Aleix, Mascherano, Sergi Roberto... Busquets descansó y no apareció hasta la segunda parte, para intentar poner orden en un encuentro que estaba siendo demasiado de ida y vuelta.
Un tanto del Girona (y amenazó) hubiera dado emoción. Pero quien marcó fue Luis Suárez en una contra. Arriesgaron más los locales, dejaron más espacios y el uruguayo no perdonó. Tras un comienzo irregular, necesita goles para calmar su ansia.
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