Champions League
El Madrid dice adiós
Acabó el Madrid con todo el equipo en el área del Valladolid, empujando, saltando, rematando a la desesperada. Los minutos caían como piedras y el equipo se veía sin sus jugadores claves. Bale no viajó, tocado; tampoco Carvajal, Varane se cayó de la convocatoria, Ronaldo tuvo que irse en el minuto 10, Di María se revolvía en el suelo con problemas en la cadera y Pepe sufría un pinchazo mientras su equipo seguía jugando porque no quedaba otra posibilidad. Benzema, agotado, ya había sido sustituido por Marcelo, que no sabía muy bien qué posición ocupaba en el campo. Era el final del partido y de la Liga, era un barullo sin solución. No tuvo una ocasión clara el equipo de Ancelotti, que no podía disimular su cara de decepción mientras Cristiano se desesperaba en el banquillo. Casi nada le salió bien ayer a los blancos y ya apenas hay tiempo de reacción. Es verdad que matemáticamente no está descartado, pero ya tiene al Atlético a cuatro puntos y al Barcelona por delante. Todo indica que ambos equipos se jugarán la Liga en el último partido en el Camp Nou. O no, que cualquiera apuesta a algo en este final de campeonato tan desordenado, tan irregular.
Al Madrid se le ha hecho larga la Liga. Ha llegado al final cansado y herido, con los jugadores fatigados de la intensidad del año, como si estuvieran a punto de romperse con un esfuerzo de más. Y tiene un objetivo por encima de los demás, un objetivo que justifica todo: la final de la «Champions». Si se gana ahí, todo será bueno.
Ronaldo se marchó antes de que el partido cogiese ritmo, con dolor, enfadado, pero sin cara de gravedad y, desde ese momento, el Madrid ya sospechó lo que le esperaba en Valladolid, en una tarde donde el polen casi se solidificaba en la hierba. Iba a sufrir, iba a tener que resistir. Al conjunto de JIM le iba la vida en este encuentro y lo jugó como tal. Hizo un par de llegadas al principio por la banda izquierda, pero su objetivo principal era obstaculizar al Real Madrid en el centro del campo. Lo consiguió: los de Ancelotti sólo conseguían llegar al área rival con centros insulsos desde la banda, sin sensación de peligro. El Valladolid renunciaba al ataque y a cambio acumulaba hombres para tapar el juego de Modric y de Isco. El primero fue creciendo después, para mandar en el equipo, como lleva haciendo toda esta temporada. El segundo no tuvo un día brillante. Era un partido para la guerra y no tuvo espacios para mostrar su talento.
El Madrid tenía el control y ninguno de los conjuntos lograba enlazar ocasiones claras. Era un encuentro feo, muy complicado de jugar, que se tenía que resolver a balón parado. El Madrid tuvo una falta al borde del área. En la derecha. Sin Bale ni Ronaldo, la tiró alto y mal Di María. Tuvo otra poco después, en el otro lado. Fue Ramos quien la pidió y la tiró con clase, por encima de la barrera, como si fuera Ronaldo. Corrió a abrazarse con su amigo en el banquillo. Ramos vive un momento de perfección absoluta. Todo lo que hace le sale bien. En los últimos cuatro encuentros ha marcado cinco goles. Hasta ayer, todos de cabeza. Ayer lo hizo como un futbolista de clase. Está confiado en sus posibilidades más que nunca. Fue él quien más empujó al final, a la desesperada, pero no tuvo suerte. En Alemania sus tantos fueron decisivos. Ayer no.
Tras el descanso, el Valladolid vio el abismo de la segunda tan cerca, que cambió la actitud. En vez de esperar al Madrid, fue a por el partido y se encontró con un rival al que el cansancio le está pasando factura. Con más empuje que fútbol, con más presencia que ocasiones, los locales se fueron haciendo con el partido y echando atrás al Madrid, que esperaba tener una contra para matar el choque. Pero sin sus futbolistas más veloces, los de Ancelotti no llegaron al área rival con claridad. El italiano hizo cambios para refrescar al equipo y para intentar aguantar el resultado. Retiró a Benzema y dio paso a Marcelo. El Madrid jugó con cinco centrocampistas y con un delantero solo: Morata. Es verdad que no sufrió mucho, pero se le vio agobiado y cansado. En un saque de esquina, Osorio igualó. Quedan seis puntos: casi imposible. Pero, al fondo, la «Champions».
- Ficha Técnica:
1 - Real Valladolid: Jaime; Rukavina, Valiente, Mitrovic, Peña; Víctor Pérez (Baraja, min. 82), Rubio; Jeffren (Osorio, min. 72), Óscar (Larsson, min. 63), Bergdich y Javi Guerra.
1 - Real Madrid: Casillas; Nacho Fernández, Pepe, Ramos, Coentrao; Xabi Alonso, Modric, Isco (Illarra, min. 72); Di María, Benzema (Marcelo, min. 76) y Cristiano Ronaldo (Morata, min. 7).
Árbitro. Gil Manzano (colegio extremeño). Amonestó a Bergdich, Mitrovic, Morata, Pepe, Illarra e Isco.
Goles: 0-1: Min. 34, Ramos. 1-1: Min. 85, Osorio.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima cuarta jornada de la liga BBVA disputado en el estadio José Zorrilla ante unos 22.000 espectadores. El exjugador, exentrenador y exdirectivo del Real Valladolid, Antonio Santos, recibió la insignia de oro del club antes del encuentro por sus cuarenta años en el club.
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