Atlético de Madrid
El Chiringuito de Pedrerol: La obra de Zidane
El entrenador francés ha conseguido armar un equipo donde todos los jugadores están unidos e implicados, y eso se nota en el terreno de juego
El entrenador francés ha conseguido armar un equipo donde todos los jugadores están unidos e implicados, y eso se nota en el terreno de juego
Esta fue la imagen que tuitearon todos los futbolistas del Madrid tras conquistar el Calderón. Sabían que no era una victoria más. Era dejar al Atlético, el gran rival de los últimos años, a nueve puntos. Era también la coronación de Zidane. Era pasar a la historia goleando en el último derbi liguero disputado a orillas del Manzanares. Era meterle dos puntos al Barcelona, que había tropezado en casa ante el Málaga. Se suele decir que un partido de Liga son sólo tres puntos, pero el Madrid ganó mucho más.
- El derbi de todos
El derbi fue también la confirmación de que Bale está hecho para marcar diferencias siempre, pero especialmente en los grandes partidos. Fue además el derbi de Marcelo, de Varane o de Nacho. Y la reivindicación de Isco, que ha aprendido a sufrir, porque la calidad que tiene nunca se la ha discutido nadie. También, por supuesto, fue el derbi de Cristiano. Una nueva demostración de que siempre vuelve.
- El Cristiano más solidario
El partido del «crack» portugués fue el partido de un Balón de Oro, pero también de un jugador solidario, del Cristiano más compañero, el más sacrificado por el equipo, recuperando balones desde el primer minuto. Hasta le preguntó a Bale si quería tirar el penalti. Y, por supuesto, marcando un «hat-trick» en un encuentro de altura ante un equipo al que nadie le había hecho nunca tres goles en Liga con Oblak en la portería. Y pudieron ser cuatro si el portero esloveno no hubiera sacado un balón milagrosamente en la misma línea.
- Ya toca la Liga
La imagen que ilustra esta página es la imagen de un equipo que se lo cree. Que sabe que este año, sí. Que ya toca la Liga. Está siempre obligado a ganar la Champions, es su competición, su torneo favorito. Pero quiere todo. No va a renunciar a ningún título en juego. La plantilla está unida, es feliz y tiene hambre. Y eso se vio en el Calderón, donde dio un golpe en la mesa pese a ausencias tan importantes como las de Pepe, Ramos, Casemiro, Kroos y Benzema. Y es que los que les sustituyeron, como todo el equipo, estuvieron a un nivel brutal. Y eso es mérito de Zidane. A ver qué dicen ahora los que le acusaban de ganar por la flor, los que decían que no era entrenador para el Madrid. De momento, lleva 29 partidos sin perder, ya ha ganado en el Camp Nou o en el Calderón y tiene una Champions y una Supercopa de Europa en el bolsillo. Y en menos de un año.
- Intensidad
Y el francés lo ha logrado sin estridencias. Con palmadas en la espalda, complicidad y pocas palabras, pero suficientes. Por fin ha conseguido esa actitud que siempre le ha pedido al equipo. Del primero al último. La frase del técnico al vestuario, desvelada por José Luis Sánchez en «El Chiringuito», es demoledora: «Con esta intensidad, no nos ganará nadie».
- La soledad del entrenador
El fútbol a veces lo complicamos nosotros, y Zidane lo hace fácil. Son los futbolistas los que te hacen grande. Ha sabido dar un paso atrás. Ha aprendido el papel del entrenador: los focos son para los jugadores. Una vez le dijo a nuestro tertuliano Frederic Hermel que, como entrenador, había descubierto la soledad. Por eso, Zidane no está en la foto. Pero también es suya. Es su obra.
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