F.C. Barcelona
Con el debido respeto
Hubo unanimidad al sonar el himno, coreado por todo el Santiago Bernabéu como un «lalala». Gesto que seguramente Sus Majestades agradecieron. Asistir a un partido de fútbol en el que te aplauden y no te insultan, sin necesidad de vestir de corto, resulta gratificante. Y lo que en finales precedentes el prólogo fue un suplicio, en ésta apuntó a remanso, olvidada la casi unanimidad de todo el estadio al silbar el nombre de Mourinho en la presentación. También en esto hubo consenso, y en calificar el encuentro como flojito tirando a malo. Agradecieron los atléticos el gesto de «Mou» de tirar el equipo atrás con el 1-0 y con el empate volvió la emoción. En el palco del Bernabéu, inmenso y repleto de personalidades, antiguos seleccionadores seguían sin alharacas lo poco que daba de sí el fútbol sobre el césped. En una fila, Luis Aragonés, Vicente Miera, Iñaki Sáez, Javier Clemente, los de ayer, y los de hoy, Julen Lopetegui, Santi, Vicente del Bosque y Toni Grande. Pero faltaba alguien, un referente, Alfredo di Stéfano. Dolía en este ámbito lo que a él le está doliendo, tanto como verle a la salida del juzgado como un «viejito». Es el presidente de honor del Real Madrid. «Un respeto» exigen quienes le conocen y ven, o así parece, cómo se consume. Mientras, el Real Madrid tiraba a los palos con insistencia, el Atlético viajaba arriba con dificultad y la pasión de una gran final se imponía al fútbol, entre miradas ansiosas, los postes del Madrid y el palco dividido, con el debido respeto.
P. D. Se dice en el palco que «Mou» sale del banco para que le echen.
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