El décimo aniversario de Simeone es el más doloroso desde que se sienta en el banquillo del Atlético. Nunca había perdido cuatro partidos seguidos de Liga y sólo en una ocasión al marcharse de vacaciones en el parón de Navidad el equipo estaba fuera de la Liga de Campeones.

Fue en la temporada 2016/17. El Atlético era sexto, a nueve puntos del líder, que era el Real Madrid. Acabó tercero, a quince puntos del Madrid, pero clasificado para la Champions. Sólo en su primera media temporada el Atlético bajó de la tercera plaza. A partir de entonces siempre ha sido primero, segundo o tercero.

Pero ahora está más lejos que nunca. Es quinto, a diecisiete puntos del Real Madrid, aunque con un partido menos. Y a un punto del Rayo Vallecano, que ocupa la cuarta posición, la última de acceso a la Liga de Campeones.

Los números hablan del Atlético más débil de la era Simeone. Ha encajado 22 goles en 18 partidos, una hemorragia que no se cierra. La diferencia entre partidos y goles encajados crece en cada jornada a favor de los goles. Una rareza desde que entrena Simeone y desde que Oblak ocupa la portería rojiblanca. Además, en dos de las últimas cuatro derrotas ha visto cómo le remontaba el rival. Fueron el Mallorca y el Granada, dos equipos de la zona media de la clasificación. Contra el Real Madrid no tuvo opciones y contra el Sevilla tampoco supo aguantar el resultado después de igualar el partido.

«Muchas veces ganamos sin merecerlo y ahora perdemos sin merecerlo», dijo Simeone después de la derrota en Granada. «Ahora hay que limpiar la mente, estar tranquilos y trabajar», afirma. «Y esperar que se recuperen los centrales lesionados». «A partir de ahí vamos con tranquilidad para ir rearmando esto, que tiene muchas cosas buenas. Con tranquilidad y equilibrio saldremos adelante», añade.

Las lesiones de los centrales han sido uno de los mayores problemas del Atlético esta temporada. Ahora no puede contar con Savic ni con Giménez, algo que ha sucedido durante una parte importante de la temporada, también por las sanciones. En algunos partidos Mario Hermoso era el único central sano, pero eso no ha impedido al Cholo mantener su defensa con tres centrales que la temporada pasada le permitió ser campeón de Liga. Tampoco ha impedido que suba el número de goles recibidos para un equipo que ha ganado siete veces el trofeo Zamora con sus porteros en las nueve temporadas completas que ha dirigido el Cholo, dos con Courtois y las cinco últimas con Oblak.

El Atlético tampoco encuentra el gol. Ha necesitado 53 disparos para marcar tres goles en los últimos cuatro partidos. Y ha encajado ocho. El mismo número de partidos que Luis Suárez lleva sin marcar, seis de Liga y dos de Liga de Campeones. «No quiere entrar», dice Simeone.

Pero nada de eso hace que el Atlético pierda la fe en un entrenador que llegó para cambiar la historia de la entidad. Nunca había tenido tanta estabilidad entre los grandes. «Hace 10 años anunciamos el regreso de Diego Pablo Simeone. Hoy, más que nunca, nos sentimos orgullosos de lo que estamos consiguiendo juntos», publicó el Atlético en las redes sociales. Y añadió un vídeo con sus hazañas bajo la leyenda «Una década llena de desafíos y éxitos». El Atlético no pierde la fe.