Fórmula Uno
Alonso ya mueve los hilos en Aston Martin
Lleva a Aston Martin a dos personas procedentes de Alpine para controlar la comunicación
La temporada 2023 será la vigésima de Fernando Alonso en la F-1 y la vivirá en un equipo nuevo, Aston Martin. Fue el pasado noviembre cuando se anunció su fichaje por parte de la escudería inglesa, que pertenece al multimillonario Lawrence Stroll y que ha sufrido una importante reestructuración en los últimos meses. Han aterrizado en el equipo personas tan importantes como Dan Fallows, director técnico y hasta hace poco pupilo adelantado de Adrian Newey en Red Bull. También estará Martin Whitmarsh, conocido por su labor en McLaren hace una década y que regresa a la dirección de una escudería de F-1. Fernando Alonso es la otra pieza clave que está aportando otros fichajes o «recomendaciones».
Podría esperarse del asturiano que sus consejos se centraran en la mejora del rendimiento del coche. En los fichajes de ingenieros, diseñadores, aerodinamicistas… pero Alonso ha optado, de momento, por ejercer cierto control sobre las áreas de comunicación y ha influido en la llegada de Michael Clayton, que antes trabajaba directamente con él en Alpine. Clayton tiene mucha experiencia, ya que ha trabajado para Shell con equipos como Ferrari en la F-1 o Ducati en MotoGP. Junto a él también ha llegado Helen Crossley, responsable de redes sociales con experiencia en otros equipos como McLaren y en otros deportes como el rugby o el futbol, ya que trabajó en el Chelsea.
Con estos dos últimos fichajes Alonso ya controla uno de los aspectos que menos le gusta de su trabajo, que no es otro que el de atender a la prensa y los eventos de marketing, que son cientos a lo largo de la temporada. Pero no sólo eso.
Alonso ha descabezado al anterior equipo de comunicación de Aston Martin que antes dirigía Matt Bishop, con el que no mantenía una buena relación desde que en 2007 el periodista inglés azuzara un movimiento a favor de Lewis Hamilton y en contra del español cuando ambos militaban en McLaren. Aquella feroz campaña mediática contra Alonso dirigida por el entonces director de la revista «F-1 Racing» ayudó a caldear los ánimos dentro de la escudería hasta convertir la situación en una auténtica «guerra civil» que terminó con Alonso fuera del equipo y sin conseguir ninguno de los dos títulos en juego de 2007. Todos perdieron menos Bishop, que logró el puesto de director de Comunicación de la escudería meses después.
Años más tarde, Alonso tuvo que compartir equipo con Bishop, ya que ocupaba el puesto en McLaren cuando Alonso regresó en 2015 para intentar la aventura con Honda, algo que resultó un fracaso. Ahora, con o sin intención, Alonso se ha cobrado su venganza dejando a Bishop fuera. El bicampeón del mundo nunca había hecho un movimiento como este, salvo el de Andrea Stella, al que se llevó desde Ferrari a McLaren. Stella es hoy jefe de equipo tras la salida de Andrea Seidl.
Para Alonso, desde su etapa en Renault, la relación con los directores de comunicación ha sido nada más que correcta. Empezando por Patrizia Spinelli (Renault), a la que apodaban la «Bruja», pasando por el estricto Luca Colajani en Ferrari, que todo lo controlaba y nadie decía nada sin que él supiera previamente. El control era total hasta que la situación se volvió insostenible. Alonso provocó grandes cambios en momentos determinados. El primero acabó con Matiacci en Ferrari y el segundo fue el cambio de motorista en McLaren, que pasó de Honda a Renault. El resultado terminó por enfadar a Alonso, que tomó la determinación de dejar la F-1 dos temporadas. En Aston Martin, por ahora, ya ha marcado terreno.
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