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El culebrón Marta Domínguez, camino del noveno año de gestación

Desde que en febrero de 2006 la Guardia Civil desencadenó la Operación Puerto, en la que por vez primera, de tapadillo y por medio de su perro Urco, surgió el nombre de Marta Domínguez asociado al dopaje, el culebrón ha ideo acumulando episodios durante ocho años, y todavía no se vislumbra el final.

Se intuye, a juzgar por las manifiestas intenciones de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), que el asunto terminará en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y que probablemente, de acuerdo con su doctrina en materia de pasaporte biológico, se cerrará con una sanción a la atleta palentina.

La absolución del Comité de Disciplina de la Federación Española, que ha trascendido hoy, constituye, por el momento, el penúltimo episodio. En la jurisdicción deportiva ya sólo queda el TAS, aunque el caso podría demorarse todavía durante años en los tribunales ordinarios, si así lo quiere la atleta.

La IAAF dispone de 45 días para resolver si pone el caso o no en manos del TAS aunque, según dijeron a EFE fuentes de la organización atlética, no agotará el plazo. Una vez que reciba la resolución razonada del Comité de Disciplina español y la traduzca al inglés, como es preceptivo, en pocas semanas decidirá.

La historia comenzó en 2006. Una de las bolsas de sangre incautadas por la Guardia Civil al doctor Eufemiano Fuentes en la Operación Puerto tenía un nombre, Urco -así se llamaba el perro del marido de la atleta- y un teléfono, el de Marta Domínguez.

Cuatro años después, la atleta palentina, que en 2009 había logrado el mayor éxito de su carrera deportiva -campeona mundial de 3.000 metros obstáculos en Berlín- volvió a sufrir un sobresalto, esta vez como protagonista de la Operación Galgo.

La Guardia Civil registró su domicilio y le imputó delitos contra la salud publica y fiscales, de los que resultó absuelta sin que se entrara en el fondo de las supuestas prácticas de dopaje. Las aguas volvieron lentamente a su cauce y Marta Domínguez reapareció en competición, primero en pista y luego reconvertida en corredora sobre asfalto.

El tercer sobresalto data del año pasado. La IAAF trasladó a la Federación Española el expediente abierto a Marta por anomalías en el pasaporte biológico entre agosto de 2009, coincidiendo con los Mundiales de Berlín, y enero de 2013. Las irregularidades detectadas apuntaban a un posible dopaje sanguíneo, ya fuera EPO o transfusiones.

El valor anómalo fue el de la hemoglobina en agosto de 2009, que arrojaba niveles elevados con respecto a su perfil natural.

La diferencia pudo comprobarse tres años después por contraste con los niveles que presentaba la palentina cuando regresó a la competición después de dar a luz. Tres expertos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) concluyeron, por separado, que en su pasaporte biológico había algo raro en 2009.

La orden de investigación decretada por la IAAF llevaba asociada una propuesta de cuatro años de suspensión para la atleta y la retirada tanto del título mundial de obstáculos como de la medalla de plata que obtuvo en los Europeos de Barcelona 2010 en la misma disciplina.

El Comité de Disciplina de la Federación Española confesó la imposibilidad de resolver un caso de tanta complejidad científica en el plazo requerido de tres meses y trasladó el caso a la Comisión de Control y Seguimiento de la Salud y el Dopaje, órgano adscrito al Consejo Superior de Deportes.

Pero el CSD devolvió las actuaciones a la Federación Española, que este año había recibido un ultimátum de la IAAF para que emitiera un veredicto antes de fin de marzo, so pena de llevarlo, por su cuenta y riesgo, directamente al TAS.

La estrategia defensiva de Marta se ha basado, por un lado, en la poca fiabilidad del pasaporte biológico en determinadas circunstancias, sobre todo si se trata de una mujer, y en el hipotiroidismo que padece, capaz, a juicio de los expertos, de alterar los valores hematológicos.

"Estamos contentos. Hemos presentado informes periciales muy contundentes y ahora veremos las posibilidades que se abren, los posibles recursos que se pueden presentar y ante qué órgano", dijo a EFE el abogado de Marta Domínguez, José Rodríguez.

Sin embargo, tanto el Consejo Superior de Deportes como la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) y la IAAF han respaldado la fiabilidad del pasaporte biológico para detectar prácticas de dopaje.

Marta Domínguez, hasta hoy considerada la mejor atleta española de todos los tiempos, ha ganado su tercera batalla pero la guerra no ha terminado para ella.