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Fútbol

Chelsea-Real Madrid (0-2): El equipo del régimen europeo

El Real Madrid ganó al Chelsea con un gran Courtois y un excelente Rodrygo. Lampard puso músculo; el Madrid, paciencia. Y ganó el de siempre

UEFA Champions League - Chelsea vs Real Madrid DPA vía Europa PressEUROPAPRESS

Courtois y Rodrygo. Puede ser un estribillo de la canción de la Champions del equipo que se mete en semifinales como rutina y, puede ser, también, el estribillo de las pesadillas del Chelsea. Durante dos temporadas seguidas lo ha intentado todo contra el Madrid: dio una exhibición en el Bernabéu el año pasado y le apretó en Stamford Bridge en la vuelta de este curso, con la potencia física de un centro del campo muy poblado y el talento de Havertz, un delantero excepcional, sin gol, lo que es un problema grave. Le tuvo contra las cuerdas, en el Bernabéu, con 0-3 hasta que se encontró con Courtois y después con Rodrygo. Le apretó mucho en la segunda parte esta vez, hasta que se encontró con Courtois, otra vez, también, con Rodrygo, también. No está el Chelsea para muchas cosas pese a los 611 millones invertidos y Courtois y Rodrygo y el resto de sus compañeros son muchas cosas en los partidos de Champions. Hay dos opciones para explicar lo del Madrid y su capacidad para llegar a semifinales. o es que son muy buenos o es que es el equipo del régimen democrático y europeo.

Tenía que meter dos goles el equipo de Lampard, para empatar, y el entrenador inglés decidió prescindir de delanteros. Sterling y Joao Felix empezaron en el banquillo y arriba sólo estuvo Havertz. A cambio, llenó el centro del campo de futbolistas, de músculo, para ahogar el juego de Madrid, para no dejarle salir y robarle rápido. Quería un partido de fuerza, impedir que el Madrid armase el juego, atar a Modric y Kroos. Y marcar antes que el rival. Muchas cosas, en fin, ya saben, quería Lampard. Una utopía contra este Madrid, que se las sabe todas en esta competición y en este momento.

Salió fuerte el Chelsea y el Madrid no se preocupó. Es imposible sorprender a estos jugadores. Ancelotti ya no engaña a nadie: tiene el once que tanto llevaba buscando y no va a cambiarlo porque le da excelentes resultados. Si el año pasado, la incorporación a mitad de curso fue Valverde, esta vez ha sido Rodrygo. Y ya no lo va a tocar, porque le va fenomenal. El Madrid, pues, no se preocupó por el plan del Chelsea o por tener problemas para sacar la pelota. Sabía que llegaría su momento y para alcanzarlo necesitaba paciencia y saber aguantar la pasión del rival. Si quien marcó el ritmo fue el Chelsea, el Madrid le fue igualando con ocasiones, gracias principalmente a Rodrygo, ahora que Benzema es irregular, fundamental en el ataque.

Marcó dos goles en la segunda parte, pero en la primera lanzó el balón al palo para situar al Madrid en el partido. Havertz jugaba, Kanté corría y ambos acechaban el lado de Camavinga. El Madrid, con mucha menos prisa, con el resultado a favor, esperaba.

Y si tiene paciencia es porque sabe que los partidos son largos, las ocasiones terminan llegando y porque en la portería tiene a Courtois, y así la vida es más sencilla. Es como jugar con seguro, vivir con un sueldo vitalicio, borrar la incertidumbre que nos acompaña a cada instante aunque lo neguemos. El guardameta belga ya hizo una parada tremenda en el partido de ida, cuando el Chelsea estuvo muy cerca de empatar el partido después del primer tanto del Madrid y volvió a hacer un paradón, cuando Cucurella, con el partido llegando al descanso, tuvo un remate a placer.. Se paseó el balón por el área hasta que en el segundo palo le llegó al futbolista español: lo preparó, porque tuvo tiempo, pero cuando tiró se encontró con que lo que antes era un portero, ahora era un muro.

El Chelsea deja espacios al Real Madrid

La ocasion dio ánimo al Chelsea al comenzar la segunda mitad. Si quería tener un poco de futuro, debía dejarlo ya todo en el campo, morir matando, si es que eso es posible. Se fue más arriba, empujó al equipo de Ancelotti a su área. Y como consecuencia, dejó más huecos atrás, necesitado ya, con los minutos corriendo en su contra.

Y contra el Madrid, a vida o muerte, no es a vida o muerte. Es a muerte. Militao, que aguantó al equipo como siempre, vio a Rodrygo y su carrera. La jugada la terminó él, más tarde, en un remate lento, pensando, pisando el balón antes de meterlo dentro.

El gol acabó con el partido. El Chesea no tenía ninguna esperanza a la que agarrarse, pero eso no impedía que Valverde siguiera corriendo, como si se hubiese reservado un pulmón durante la primera parte. Volvió a marcar Rodrygo. Semifinales, su sitio.