Baloncesto
Caitlin Clark, la versión mejorada del sueño americano
La base de Iowa State ha superado el récord anotador en la historia de la Liga universitaria estadounidense que tenía el mítico «Pistol» Pete Maravich
En una calle de Iowa City, una ciudad del estado de Iowa, hay una lona gigante con una jugadora lanzando un triple. Es Caitlin Clark. Cien metros después hay otro cartel, también de Nike, en el otro lado de la calle, en el que se ve una canasta y en el que se lee «It was never a long shot», algo así como «Nunca fue algo improbable» haciendo un juego de palabras con «long shot», tiro lejano en inglés. La tiradora en cuestión es la máxima anotadora de la historia de Liga universitaria estadounidense después de superar el récord de «Pistol» Pete Maravich que llevaba vigente 54 años.
Clark, base blanca de 1,83 y 22 años, superó el récord femenino de Kelsey Plum el 16 de febrero y el pasado domingo dejó atrás el registro de Maravich. Suma más de 3.667 puntos en cuatro temporadas con un promedio de 28,3 puntos por partido. Este curso se ha disparado hasta los 32,2 a lo que añade 8,7 asistencias de promedio. Su impacto en el baloncesto estadounidense va más allá de los números. Su influencia en el juego se compara con la de Stephen Curry, cuyo récord de triples en la universidad en una temporada ya ha superado, cuando el base convirtió en normales lanzamientos lejanísimos. No hay una jugadora en la historia del baloncesto con un rango de tiro como el suyo. Sus lanzamientos de siete, ocho o diez metros son habituales... y su elevado acierto también. Esta temporada ha anotado 88 canastas desde 7,60 metros o más, casi tres por partido.
Después de probar en varios deportes su padre la inscribió en un equipo de chicos porque no había uno femenino de su edad. Le hizo campeón del estado pese a las protestas de los padres de otros equipos. Para elegir universidad decidió quedarse en Iowa a menos de 200 kilómetros de donde nació. En Iowa State es la estudiante más famosa de un campus que supera los 30.000 estudiantes. El día que batió el récord de Maravich las entradas para ir al partido costaban 400 dólares y en la reventa se dispararon hasta los 5.000. En la mayoría de sus partidos esta temporada, como local y como visitante, ha colgado el cartel de «sold out», «todo vendido». En uno de pretemporada acudieron 55.000 personas y el año pasado cuando alcanzó la final de la NCAA, que perdió ante Louisiana State, tuvo una audiencia de diez millones de espectadores.
Caitlin Clark ya es una estrella. En Indiana Fever, la franquicia que la elegirá como número uno del draft, ya se han comenzado a solicitar abonos para la próxima temporada. Su valor comercial supera los tres millones de dólares y algunas de las empresas más potentes del país como Nike, Gatorade o State Farm, la mayor empresa de seguros de coches en USA, ya la tienen como imagen. Su cartel la ha permitido grabar anuncios con eminencias como Patrick Mahomes (NFL) o Jimmy Butler (NBA). Su siguiente desafío es convertirse en campeona de la NCAA en el «March Madness», en la «Locura de Marzo».
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