MotoGP / GP de Malasia
Bagnaia salva el primer "match ball" en Malasia y Jorge Martín debe esperar para ser campeón
Pecco gana en Sepang después de unas primeras vueltas de infarto luchando con Martín. Jorge asegura el segundo puesto y se va con 24 puntos de ventaja al duelo definitivo en Barcelona
Hay que esperar al último capítulo de la temporada para saber quién es el campeón del mundo de MotoGP. Tenía Jorge Martín una primera bola de partido en Malasia después de ganar la Sprint, pero Bagnaia ha respondido como suele hacer los domingos: a lo grande. Necesitaba un triunfo y lo ha conseguido para mantenerse con vida en la cita definitiva de este curso 2024, que finalmente será en Montmeló en las fechas que estaban previstas para Valencia: 16 y 17 de noviembre. No se puede correr en Cheste por las consecuencias de la DANA, y los organizadores apuntan a que será en Barcelona donde sí se pueda poner el cierre a este curso.
Allí va a llegar Jorge Martín con 24 puntos de ventaja, un colchón muy confortable que le permitiría incluso ser campeón el sábado si ganase la Sprint. Si hace eso no tendría que pensar en nada más y si no lo consiguiera, todavía tendría la opción de certificar su primer mundial de MotoGP el domingo.
Bagnaia llega por detrás, al revés que el año pasado, pero con la convicción de alargar su vida lo más posible y esperar que Martín tiemble. El problema para el italiano es que Jorge está mucho más sólido que hace un año, ha crecido mucho y los errores anteriores los ha usado para aprender. En Malasia hubo dos salidas por la caída de Miller, Quartararo y Binder en la primera, y en las dos fue Pecco el que se impuso. Tenía que arriesgar más y eso es lo que hizo en unas primeras vueltas que fueron un auténtico espectáculo. Muchos adelantamientos entre ambos, con el vigente campeón empeñado en que su rival no estuviese en cabeza casi nunca. Cuando Jorge podía adelantar, Bagnaia respondía inmediatamente, consciente de que si el madrileño encontraba el ritmo delante se le podía complicar todo.
Así varias vueltas, con el hacha en la mano, pero sin juego sucio, sólo adelantamientos sin toques y con ese estilo que ambos han convertido en seña de identidad: un duelo limpio que consiguió llevarse Pecco, que marcó la vuelta rápida por fin y se marchó hacia adelante. Martín no aflojó pero sí que entendió que el segundo puesto era una buena opción, y que si había algo que no podía hacer era irse al suelo.
No era nada malo quedarse con 24 de ventaja a falta de 37, un panorama que si se lo dicen al comienzo hubiese firmado con los ojos cerrados. En las últimas vueltas, desde la pizarra le pedían concentración al madrileño, porque estaba solo en el segundo puesto y no podía fallar. De hecho tuvo un buen susto en la curva nueve, en la que se cayó Pecco el sábado, y lo pudo salvar, una de esas salvadas, como la de Tailandia la semana pasada, que pueden valer un campeonato mundial.
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