Entrevista
Abel Antón: «Katir me decepcionó, tiene muy mala cabeza»
El dos veces campeón del mundo participa en la Titan Desert con el equipo Aural para acompañar a Silvia González, trasplantada de médula
Abel Antón (Soria, 1962) fue dos veces campeón del mundo de maratón y ahora que se cumplen 25 años de su segundo título en Sevilla ha decidido cambiar la carrera a pie por la bicicleta para arropar a Silvia González, autotrasplantada de médula para superar un linfoma, dentro del equipo Aural que compite en la Titan Desert. "Ella tenía cáncer de médula ¡y estaba empeñada en correrla alguna vez y como ha visto el problema que ha tenido ha dicho esta vez tiene que ser y lo voy a hacer para demostrar que el cáncer se puede vencer”, explica el exatleta.
¿Cuánto tiempo ha invertido en la preparación?
No mucho. Esto surgió en el mes de noviembre, lo que pasa es que en noviembre y diciembre tenía dos meses muy saturados de carreras. He tenido que compaginar correr con la bicicleta. La última carrera fue el 20 de diciembre y desde ya empiezo a entrenar con la bicicleta. Al principio salía dos días a la semana a lo mejor dos horas, dos horas y media, luego fui aumentando a tres horas, y ya tres veces a la semana estaba haciendo tres o cuatro horas y hasta cuatro horas y tres cuartos el día que hice 90 kilómetros en bicicleta. Tardé casi cinco horas, en Soria son caminos y hay alguna pequeña subidita. Cuando salgo normalmente suelo dar mi cañita para ver que puedo estar bien.
El sufrimiento del atletismo le ayudará a llevarlo.
Las etapas son largas, de 6, 7 incluso 8 horas en bicicleta y yo a nivel físico no voy a tener problemas, pero puedo tener problemas a nivel de calor, de hidratación, todo el rato por piedras, que a lo mejor no estoy tan acostumbrado, y el sufrimiento del culo, que todo el mundo dice que podemos tener problemas con el sillín. Eso es lo que más temo, que al tercer día no pueda ni sentarme en el sillín.
¿Es más duro el ciclismo que el atletismo?
Es totalmente diferente. Yo hago tres, cuatro o cinco horas en bicicleta y me aburro de ir tanto en bici. Lo que veo muy duro es que para hacer el ejercicio que yo hago corriendo en hora y media tienes que hacer cuatro o cinco horas en bicicleta. Muchos días tenía que salir en bici, hacía frío y me iba una hora a correr.
Se cumplen 25 años del Mundial de Sevilla. ¿Qué le viene a la cabeza?
En el Maratón de Sevilla regalando a la gente una medalla con la imagen de mi entrada en el estadio. Es especial para mí porque han pasado 25 años de un campeonato del mundo que se hizo en España, que no ha habido otro, que me pilló en mi mejor momento de forma y ser doble campeón del mundo es lo más grande que le ha podido ocurrir a un atleta. Eso me pasó a mí en Sevilla. No es igual ganarlo en Osaka o en cualquier otro sitio, o ganarlo, como también me pasó, en Atenas, que es la cuna del maratón.
Ganó a Martín Fiz y de ahí surgió un pique. ¿Queda algo de eso?
Somos amigos, nos llevamos bien, hace dos fines de semana estuvimos corriendo en Mallorca en la carrera de Ponle Freno. Nos llevamos bien, pero cada vez que hacemos una entrevista o damos una charla sale el maratón de Atenas, que está ahí.
¿No lo asume Martín todavía?
Yo no tengo ningún problema, porque el que ganó fui yo, pero él lo saca porque es el pique que la gente quiere saber.
¿Cómo fue esa sensación al entrar en la pista de La Cartuja?
Eso fue un clamor total. Cuando más disfruté era cuando faltaban cuatro o cinco kilómetros que era cuando me marchaba de mis rivales, iba solo hacia la meta y es cuando piensas lo bien que lo has hecho, lo que has entrenado, que vas a ganar otra vez. Son pensamientos positivos y estás en el momento ideal en que sabes lo que estás haciendo. Cuando entras en el estadio no sabes lo que haces. Saludas, estás lleno de alegría, pero es algo que se te va de la memoria y lo único que ves es la gente aplaudiendo y tú disfrutando al entrar en el estadio.
¿Cree que va a bajar de las dos horas el récord del mundo de maratón?
Sin ninguna duda. Todos pensábamos que iba a ser Kipchoge quien lo iba a bajar, pero yo creo que con 38 años ya está dando su tope. Bajó de dos horas en la maratón esa de exhibición, lo que quiere decir que se puede bajar de las dos horas. Luego surgió Kiptum, que podía bajar de las dos horas, porque se quedó “pelao” para bajar de las dos horas. Yo creo que surgirá otro que baje de dos horas no tardando mucho. Bajar de dos hora siempre dije que era posible. Hay atletas que están corriendo la media maratón en 57 minutos y ¿por qué no van a hacer 59 y 59 en una maratón? Lo pueden hacer perfectamente. Llegará el que lo haga porque los atletas keniatas y etiopes tienen unas facultades impresionantes.
¿Qué supone la muerte de Kiptum para el atletismo?
Yo creo que es duro, porque era un chaval de 24 años. Kipchoge tiene ya 38 años y este tenía 24. Sólo corrió tres maratones, uno en Valencia, otro en Londres e hizo récord del mundo en Chicago. Con 24 años tenía la progresión de bajar de las dos horas sin ningún problema. Además, era el firme candidato para ganar en París la medalla de oro, en rivalidad con Kipchoge, que tiene la oportunidad de ganar en tres Juegos Olímpicos, que sería algo histórico. Y Kiptum en este momento estaba muy por encima. En el accidente no sabemos qué ha pasado, porque ha habido cosas raras.
Ahora no hay españoles que puedan ganar un oro en maratón.
El nivel de maratón ha subido mucho en estos últimos años. Los atletas keniatas y etiopes han subido mucho la popularidad del maratón, han surgido muchísimas carreras, son multitudinarias y pagan muchísimo dinero. El atleta africano, antes, tenía un proceso como cualquier otro, pasaba del 1.500 al 5.000, 10.000 y terminaban en la maratón. Ahora los chavales con 18 años se enfocan a la maratón porque hacen 2:01 o 2:02. ganan y se llevan un millón de euros. La maratón está muy bien pagada en este momento y por eso se dedican a correr la maratón, porque van a por el dinero.
Que haya maratonianos más jóvenes ¿puede acelerar la bajada de las dos horas?
Esos chavales jóvenes, que van a surgir muy buenos, son los que van a bajar de las dos horas. Aparte hablamos de las zapatillitas. Eso influye totalmente. Antes de las zapatillas estaban corriendo en 2:03, ahora están corriendo en casi tres minutos menos. El deporte evoluciona por la alimentación, por los geles, con entrenamiento, con psicólogos, pero ahora lo que ha hecho bajar las marcas es la tecnología. Ahora los atletas españoles corren más que nosotros, pero están muy lejos de los tiempos de Kiptum. El sistema de placa hace que cuando vas corriendo te va dando como impulsos, mayor zancada. Y como tiene más amortiguación, muscularmente no te cansas tanto. Siempre va a haber mejoras y el que va a ganar va a ser el bueno. Va a ganar de todas las maneras.
¿Le decepcionó Katir?
Totalmente. A mí me supo mal, porque su representante era el mío, Mostaza, que es amigo mío. Teníamos todos mucha ilusión en que ganase medalla, era de las pocas medallas en medio fondo o fondo que podíamos ganar. Tiene muy mala cabeza, es un chaval que vive en el limbo, no le han pillado en el sitio donde tenía que estar para hacer los controles y es una decepción gorda porque el atletismo se queda más cojo.
Alguien que ha sido dos veces campeón del mundo, ¿cómo lleva venir un poco a ver qué pasa?
Yo lo llevo bien. A mí me gusta hacer deporte. Soy de los que está tres días sin hacer deporte ya mi mujer me dice que me vaya a correr que me estoy poniendo raro. Es un reto diferente. Yo ahora no tengo obligaciones, las tengo con mis marcas de running, pero si me quiero venir a hacer la Titan nadie me dice nada. Soy mi dueño y hago lo que me gusta, que es hacer deporte. La bicicleta es física como el correr y me adapto a ella y ya está. Además, como voy con el equipo acompañando a Silvia, voy a ir al 80, no al cien por cien y eso me va a permitir disfrutar de la carrera. Lo único que puede pasar es que en una carrera me pueda caer. Eso es lo único que me puede ocurrir.
¿Se puede disfrutar en una carrera así?
Yo creo que sí, en un entorno como el que hemos visto, el desierto, esta naturaleza que no tiene nada que ver con nuestra tierra, es maravilloso.
¿Estaba acostumbrado a montar en bici?
Como todo el mundo, dar un paseo el día que me apetecía. Pero muy de vez en cuando. Cuando más bicicleta he hecho es hace dos años, cuando me puse dos retos con el Banco Santander, hacer un duatlón en Madrid, y hacer la Indurain, pero la corta, la de 100 kilómetros. Me puse tres meses antes a hacer bicicleta de carretera, me acompañaban los amigos, y ya está.
¿Qué le queda, hacer un triatlón?
Lo veo un poco más complicado porque la natación ya la llevo más floja. Soy de secano, soy de Soria y sólo nado en verano cuando voy a la playa o a la piscina y me hago un largo de 50 y tengo que descansar. Tendría que practicar más.