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De la Morena y sus guerras con García: “Siempre he llevado un puñal para defenderme”

El periodista repasó su trayectoria profesional en una entrevista con Aimar Bretos

José Ramón de la Morena, durante la entrevista con Aimar Bretos en 'Hora 25'. Captura TV

José Ramón de la Morena fue entrevistado este lunes por Aimar Bretos en el programa Hora 25 de la Cadena SER, donde repasó su trayectoria profesional, recordó sus guerras con José María García y el episodio que provocó que lo echaran de la radio. De la Morena aseguró no echa de menos el micrófono, que piensa que nunca tuvo poder, aunque sus hijas mayores le llamaran “Don Corleone”, como él mismo desveló, y que se ha “desintoxicado” del fútbol.

Lo llevo escandalosamente bien, no lo echo de menos. Vivir tan acelerado eso ahora no lo tengo. Me alivia que no suene tanto el teléfono”, reconoció De la Morena. “La radio me ha dado más a mí, yo le he dado todo lo que tenía y más, nunca le he regateado nada Me ha dado más de lo que nunca soñé. Nunca pensé en hacer radio. Mi gran suerte fue tener muy claro con siete años que quería ser periodista”, le dijo a Bretos.

Aimar Bretos le recordó a De la Morena que cuando superó por primera vez en audiencia a José María García, en 1995, concedió una entrevista en la que dijo que aspiraba “a seguir siendo el primero y siendo buena persona”. “Intenté ser buena persona con todas mis fuerzas y no lo conseguí siempre. No siempre fui buena persona”, reconoció De la Morena.

“Recuerdo que cuando empecé con El Larguero, Tomás Martín Blanco me dijo ‘vas a empezar con esto, pero no quiero ni una pelea con García’. Y yo le dije: ‘mientras él no me toque, no se preocupe que no habrá ninguna pelea con él’. Me dijo: ‘mientras él no me toque, no, te toque o no te toque’. Y le dije que no.He visto que siempre ha ido mal a todos los que se han callado. He visto aquí que primero es un pescozón, luego es un empujón y luego es un tortazo. Usted me está diciendo que atraviese el canal sin un puñal, y yo, un puñal voy a llevar siempre. ‘Pues entonces no durarás mucho’, me contestó' Duraré lo que usted quiera, le dije”, recordó De la Morena.

Luego llegó Galdón [director general de la SER] y a la más mínima me largó. La enganchada que tengo con Galdón es el día de autos, cuando me dijo todos los disparates que yo había dicho el día anterior de García, donde me le había llevado casi por delante a él, porque yo le dije que dudaba mucho que pudiera tener amigos, que lo que podría tener son cómplices. Cuando le dije no me importa mucho tu amistad con el director general de esta casa, al día siguiente me puso en la calle, es evidente. Ahora hay mucha gente que me dice que tenía cojones, aunque muchas veces era osadía. No puedo presumir de ser el más valiente que nadie, ni mucho menos. En esos momentos actuaba con osadía y con limpieza porque quería ser honesto”, continuó De la Morena.

“La noche que a mí me echan y dicen que tengo que leer un papel pidiendo perdón a García, yo bajo a una cafetería con Augusto [Delkader], que saca el papel que le ha dicho Galdón que tenía que leer para que no me echaran y cada vez que lo leía se me caía. Me dijo Augusto: ‘¿por qué no lo quieres leer? Leyéndolo se ha acabado todo’. Entonces le dije: ‘porque usted, con lo que buen periodista que es, estoy seguro de que no lo leería’. Él se metió el papel en el bolsillo de la chaqueta y me dijo: ‘sube, haz el programa y veremos por dónde sale el sol mañana’. Subí, hice el programa y a la segunda que tuve ya me costó la calle. Eso se rehabilitó cuando Galdón salió de Prisa y yo volví adonde estás tú”, recordó.

Preguntado por Aimar Bretos si había tenido más éxito o poder, De la Morena declaró que nunca pensó que tenía ese poder que le atribuían: “Poder, en absoluto. El poder está en los que mandan en las empresas. A mí me lo dicen y por lo menos yo no lo he notado. Algunas veces mis hijas me llamaban Don Corleone. Yo, ni lo he sido, ni lo he querido ser nunca. Es verdad que, para defenderme, el puñal siempre lo llevé. Pero poder, creo que no he tenido”.

De la Morena reconoció que se arrepiente de algunas de las guerras que libró: “Me arrepiento de muchas batallas libradas, sobre todo porque han sido injustas y otras porque se han llevado al extremo. Un día después de todo esto hablé con García y me dijo: ‘qué gilipollas hemos sido los dos’. Le dije ‘tú más’. Le dije ‘tu más’ porque él no lo necesitaba. Si él no se ocupa de mí, no le hubiera nombrado nunca. Y otras porque han sido exacerbadas. Y otras veces porque pierdes el control”.

Ahora vive más pendiente de su hijo de ocho meses que del fútbol: “Me he desenganchado. Me he desintoxicado. Me sigue gustando tanto como siempre, pero necesitaba desintoxicarme un poco, desengancharme un poco. El fútbol lo vivía con un interés casi de drogadicto. Lo veía pensando en los personajes, lo veía pensando en los oyentes. Era tal ensaladilla rusa de ideas que apenas disfrutaba del fútbol. Ahora esa presión se me ha quitado”.