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Edy Tavares, con el trofeo de la Copa del Rey que ganó el Real Madrid en la edición de 2020

“Hay que esforzarse para que la gente lo pase bien en casa”

El jugador más decisivo del Real Madrid afronta la Copa del Rey de la pandemia en el mejor momento de su carrera

Una conversación por teléfono con Edy Tavares (22-3-1992, Maio –Cabo Verde–) no es lo mismo que tenerle a tu lado. Que lo digan sus rivales. Es el jugador interior más determinante de Europa. Unas medidas para empezar: «Mido 2,20, peso 125 kilos y calzo un 54». «Los niños dicen que soy un abusón, pero bueno...», dice riendo. Llegó al Real Madrid a principios de noviembre de 2017, debutó ante el Barça y desde entonces ha ganado dos Ligas (2018 y 2019), una Euroliga (2018) y una Copa del Rey (2020), aunque para él «lo más importante es cómo he avanzado estos años». Tiene contrato hasta 2024 y sin Campazzo se ha convertido en el indiscutible termómetro del equipo de Pablo Laso. «La vida con Edy en pista es más fácil», dicen en el vestuario. Fuera de la cancha comparte esa vida con Paula Grimón. Se casó con su novia canaria de toda la vida en el verano de 2018 y de momento no tienen pensado ampliar la familia: «Ya hay bastantes papás jóvenes y viejos en el vestuario, ya veremos cuándo tendremos». Desde hoy busca su segunda Copa y le gustaría celebrarlo con su esposa «paseando, en algún lugar tranquilo porque hay muchos sitios en España a los que nunca he ido y España está llena de lugares bonitos que la gente no conoce. Con la situación que tenemos es una buena oportunidad para conocer lo que tenemos más cerca».

–¿Recuerda cómo fue su primer día en el Madrid?

–Llegué muy temprano y fui directo al hospital a hacer las pruebas médicas. Luego me fui a entrenar porque había partido con el Barça al día siguiente y cuando llegué al entrenamiento todo el mundo empezó a saludarme, pero creo que el primero fue Pablo. Intenté adaptarme lo más rápido que pude, pero no fue fácil. Me ayudó mucho la gente del staff. Me acuerdo que me daban muchas hojas con todos los sistemas del equipo y yo me lo llevaba a casa para estudiarlo todo. Eso me facilitó mucho la adaptación porque estuvieron muy encima de mí tanto los compañeros como los entrenadores.

–¿Se ha adaptado más el Madrid a usted o usted al Madrid?

–Creo que ha sido cosa de los dos. Cuando llegué sabía que tenía que hacer las cosas muy bien y aprender rápido para poder ayudar cuanto antes porque si no no me podría quedar aquí.

–¿Algo más de tres años en ese vestuario es tiempo para hacer amigos de verdad?

–Hay compañeros que vienen y van, pero dentro del vestuario hay otros que sabes que se van a quedar en tu vida para siempre y eso ayuda a ser mejor equipo.

–A los pocos meses de su llegada nos comentó que dudaba mucho a la hora de tomar decisiones. Esa etapa está más que superada...

–Llegar a un club como el Real Madrid no es fácil porque estás peleando por todos los títulos desde el principio. Cuando llegué al Real Madrid se trataba un poco de sobrevivir porque si no la situación te comía.

–Ahora los cuadernos y las hojas con muchos apuntes suyos se los pasan a los rivales...

–Puede ser (risas). Si es así es que estoy haciendo bien mi trabajo y la gente sabe que soy importante y por eso buscan que juegue mal. Yo trato de hacer mi trabajo, de ayudar a mis compañeros, con lucha, con agresividad, con actividad, con intimidación... Si cada uno hacemos nuestro trabajo bien ganamos muchos partidos.

–Esta temporada juega, anota y rebotea más que nunca...

–Lo de anotar es algo que viene por sí solo. Yo nunca me he obsesionado con meter muchos puntos. En ataque muchas veces pienso más en el compañero que en mí. Si hay alguien solo, lo primero que hago es pasarle el balón. Me sale natural. A mí me han traído aquí sobre todo para coger rebotes y poner tapones.

–¿Qué da más placer: un tapón o un mate?

–Un tapón bien puesto o un mate en la cara dan mucho placer. Los mejores tapones son los que el balón termina en la grada.

–¿Y recuerda alguno que le hayan puesto?

–No me acuerdo, pero cuando me lo han puesto ha sido cuando tenía tres o cuatro personas encima y me lo ponen al subir el balón o intentar pasarlo. Tapón en el aire no recuerdo. A lo mejor algún pequeño que ha aparecido por sorpresa y de repente.

–Valencia, el rival en cuartos en la Copa, era el equipo al que nadie quería.

–Claro que sí. El Valencia es uno de los mejores equipos de Europa. Tenemos que empezar fuertes desde el principio y no desconcentrarnos. La Copa obliga a estar al máximo desde el primer día.

–Tiene además jugadores como Dubljevic o Tobey que ya les han generado bastantes problemas...

–Dubi es un tío muy peligroso porque es muy listo jugando. Se abre para tirar desde fuera y como estén calientes nos van a dar muchos problemas.

–El año pasado ganaron la Copa en Málaga y luego llegó la pandemia. ¿Jugar sin público la Copa será igual que jugar sin público el resto de competiciones?

–La Copa se creó para que la gente disfrutara de una fiesta del baloncesto. Venía gente de todas las partes de España, era bonito y si ya es raro lo de jugar sin público, en la Copa más todavía. Que no haya el ambiente de siempre, que no esté nuestra gente o la del Baskonia con sus trompetas, que no haya mucha fiesta... creo que va a afectar mucho a todos. Tendremos que esforzarnos para que al menos la gente lo pase bien en su casa. Tenemos que pasarlo bien en la pista y divertirnos entre nosotros para que la gente se divierta en casa.

–¿Ha vuelto a Cabo Verde desde que empezó la pandemia?

–No. Mi madre ha estado un mes y medio aquí y esta semana ha vuelto a su casa. No ir no me hace olvidar de dónde vengo ni dejar de ser humilde y eso me ayuda a seguir mejorando y trabajando.

–¿Allí acudía mucho a la iglesia, lo hace también aquí?

–En Maio, a un minuto de casa de mi abuela está la iglesia. Y cuando tocaban la campana a las siete de la mañana y a las seis de la tarde se iba a misa. Para mi esa es la única iglesia católica que existe. No siento la misma energía que en aquella en ninguna otra.

–Le restan cuatro años de contrato con el Madrid. Terminaría con 32, ¿descarta reintentar la aventura de la NBA?

–La NBA sigue ahí, pero se trata de tener motivación y razones para seguir trabajando, para seguir mejorando hasta que deje de jugar. Hay que cometer errores, aprender y solucionarlos. Ojalá con 32 o con 31 años lo pueda seguir haciendo en la NBA o en el Real Madrid.