Nueva York
De Blasio recupera Nueva York para los demócratas bajo la bandera del progresismo
Bill De Blasio recuperó la alcaldía de Nueva York para los demócratas enarbolando la bandera del progresismo y la lucha contra la creciente desigualdad, tras doce años de mejoría económica poco equilibrada bajo Michael Bloomberg.
De Blasio cumplió los pronósticos y se impuso por un margen abrumador al candidato republicano, Joe Lhota, tras una campaña que definió desde el principio como una "historia de dos ciudades", la de los millonarios y la de millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza o muy poco por encima.
Nueva York "ha elegido el camino progresista", proclamó en español el nuevo alcalde en la fiesta de su campaña, en Park Slope (Brooklyn) entre el delirio de sus seguidores, especialmente los latinos.
"Esta noche empezamos a caminar juntos como una sola ciudad", añadió De Blasio, quien desde 2009 es defensor del pueblo de Nueva York y antes fue concejal durante ocho años.
Con el 84 % de los colegios electorales escrutado, De Blasio obtenía el 73 % de los votos, frente al 24 % de Lohta.
De Blasio, un blanco casado con una afroamericana e hijos birraciales, ha abanderado la lucha contra la práctica policial conocida como "stop and frisk", por la que la policía para y cachea a personas sin motivo claro, y que se ha centrado de forma muy desproporcionada en hispanos y negros.
Todo ello, junto con el mensaje contra la desigualdad y a favor de mejorar la educación pública y de construir más viviendas a precios accesibles, le ha ganado el apoyo arrollador de las minorías, que en Nueva York son ya la mayoría de la población,
"Hoy habéis hablado fuerte y claro por una nueva dirección para Nueva York", afirmó De Blasio, quien reconoció que el trabajo "acaba de empezar"y no se hace ilusiones, porque, dijo, "luchar contra la desigualdad nunca ha sido fácil".
El que será el alcalde número 109 de la ciudad de los rascacielos repasó los principales temas que han definido su campaña y recordó que "a unos pocos les va tan bien"mientras otros quedan atrás, y afirmó que la lucha contra la desigualdad "es el reto definitorio de nuestro tiempo".
Por ello, explicó, es por lo que va a pedir que los más ricos paguen "un poco más"a fin de financiar la educación preescolar para todos los niños de la ciudad, así como programas educativos especiales por las tardes.
Los doce años de Bloomberg han producido un desarrollo económico y urbanístico evidente, y esos cambios y la baja criminalidad (en 2013 se batirá el récord de 2012 de años menos homicidios) han generado cifras sin precedentes de turistas y de ingresos.
Sin embargo, las empresas de construcción se centran en construir proyectos de viviendas de lujo, que son los que generan más beneficios, y hay más apartamentos de precios millonarios que nunca.
Pero esa mejoría se ha repartido de forma muy desigual, ya que de los 8,3 millones de habitantes de la ciudad, el 46 % son pobres o sobrepasan por poco el umbral de la pobreza, mientras que las escuelas públicas de las zonas más pobres siguen sin funcionar adecuadamente.
Ahora que ha ganado la elección, De Blasio dijo que la tarea "no es fácil"y que los problemas "no se solucionarán de la noche a la mañana", ya que se han generado "durante décadas".
Con su hija Chiara y su hijo Dante a su lado, De Blasio insistió en que el Gobierno municipal debe respetar las libertades civiles de la población, y pidió que la policía y los ciudadanos "trabajen de la mano"para lograr "vecindarios fuertes".
Los neoyorquinos "no estamos definidos por el frío acero de nuestros rascacielos", sino que "todos somos mejores cuando todos tenemos una oportunidad", recalcó.
Estaba escrito
Al candidato demócrata Bill de Blasio, de 52 años, le había asaltado la duda ayer cuando los analistas le daban por ganador en las elecciones a la Alcaldía de Nueva York. ¿Y si no había suficiente participación electoral debido a su amplia ventaja en las encuestas? Éstas le dieron por ganador hace días con una amplia ventaja de 40 puntos. Pero insistió a los neoyorquinos que no se confiaran. Quería que saliesen a votar. Mientras, el candidato republicano, Joseph J. Lhota, de 59 años, teniente de alcalde de la época de Rudolph Giuliani, simplemente esperó que pudiese ocurrir un milagro. Pero tampoco, ante los focos de televisión, dio la sensación de darse por vencido.
Todo parecía escrito: Nueva York se iba a levantar hoy con alcalde demócrata, el primero de este partido política desde los años 80. Con una campaña aupada tras el escándalo del candidato favorito, Anthony Weiner, el ex congresista del partido de Barack Obama en Nueva York, De Blasio ha basado su estrategia en propuestas para subir los impuestos a los ricos, financiación universal para los niños de preescolar y limitar la controvertida práctica de la Policía de Nueva York de «para y cachea» a todo el que sea sospechoso de alguna cosa. Esto le ha traído el apoyo de muchas asociaciones de derechos civiles de la ciudad neoyorquina.
Lhota, por su parte, ha intentado sacar partido como estrategia de campaña a su experiencia al lado de Rudolph Giuliani durante la recuperación del los atentados del 11 de septiembre y tras el paso del huracán «Sandy». Pero ayer pareció demostrarse que no fue suficiente. Sin embargo, De Blasio lo tuvo siempre claro. Apostó por cargar contra Michael Bloomberg, actual alcalde de Nueva York. Durante 12 años en el puesto, el magnate que primero se presentó como republicano y después como independiente ha dirigido la ciudad neoyorquina como si fuese una de sus corporaciones. Esto ha provocado una relación contradictoria con los ciudadanos. En general, están de acuerdo con su forma de llevar la Gran Manzana, pero también estaban cansados de él. Querían algo nuevo. Daba igual qué. Y ayer demostraron que estaban dispuestos a votar por cualquier cosa que fuese lo contrario a Bloomberg. Ése pareció ser De Blasio, a quien el «The Wall Street» bautizó como el candidato del movimiento protesta de «Occupy» por su promesa de aumentar los impuestos a los que ganen más de 500.000 dólares. En esta campaña, Lhota se limitó a tratar de asustar a los neoyorquinos con las advertencias de que si gana un demócrata, el crimen y vandalismo volverá a instalarse en la ciudad de Nueva York. También, ha acusado a De Blasio de apoyar a la guerrilla sandinista de Nicaragua en los años ochenta. Pero nada de esto fue suficiente. Acusaciones aparte, ayer, cuando todavía no se habían cerrado los colegios electorales, se daba por sentado que De Blasio iba a ser el próximo alcalde de Nueva York. Todo porque el primer cabeza de lista, Anthony Weiner, fue descubierto haciendo lo mismo que le obligó a dimitir de su escaño en el Congreso: enviar fotografías de sis partes íntimas de su cuerpo a jóvenes por internet. De Blasio puede decir mejor que nadie que hay que estar en el lugar correcto en el momento adecuado.
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