Víctor del Árbol: «Hay una sobreproducción de lo que etiquetan como novela negra»

Víctor del Árbol, que en otra vida fue mosso d’escuadra, se consolida como uno de los autores de novela negra más esperados en nuestro país... y parte del extranjero. ¡En Francia es todo un fenómeno! Aprovecha el novelista catalán sus conocimientos adquiridos durante 20 años como policía para aplicarlos a sus tramas cada vez más sofisticadas, mejor engranadas. Reconoce que «El tiempo de las fieras» (Destino) es su obra más ambiciosa hasta la fecha, ya que se vale de varios marcos diferentes –espacio y tiempo– para hacerlos confluir al final; e intercala la primera con la tercera persona en la narración. Toma al inspector Soria, uno de los personajes más queridos de su anterior novela, «Nadie en esta tierra», para componer una suerte de «spin-off» de la misma.

Forma parte de ese prejuicio de que lo popular no puede tener calidad: un error que viene alimentado por la sobreproducción con esa etiqueta. Hay muchas cosas que no tienen nada que ver con la novela negra, y de calidad muy dispar. Pero hay una serie de autores de novela negra que conjugan muy bien los elementos de la novela más de thriller con el elemento literario. Hay muchos estilos de novela negra y muchas veces nos perdemos en el pajar.

Sinceramente, escribiendo bien. Escribiendo con ambición literaria y yendo mucho más allá de la etiqueta. Y luego la crítica, los prescriptores, sois los que tenéis que abrir esa ventana. También hay novela intimista que es muy mala.

Mi visión como escritor es que tengo que encajar un rompecabezas; es como la visión de un relojero. Hay una parte de mi escritura que es muy instintiva pero luego hay otra parte que es técnica, en el que las piezas tienen que encajar muy bien; y al final todo tiene que ir adonde yo he previsto.

El haber trabajado 20 años como policía me permitió conocer la trastienda de la noticia. Hay muchos tipos de delincuencia: de alto nivel, de bajo nivel. Mi trabajo me ha permitido entrar a todos esos delitos por la puerta de atrás. En esta novela no pretendo contarle a la gente cómo se inventó la sopa de ajo, sino contarle la historia desde la puerta de atrás.

Técnicamente, sí. Es la novela más coral, y conjugar todos esas historias en un espacio temporal y físico distinto para que acaben confluyendo es muy complicado. Conozco muy bien todos esos sitios. En cada personaje que está en cada sitio he buscado algo que se adapte a sus características. Lanzarote es lo que más me encajaba con Soria. El paisaje también nos dice mucho del personaje.

Eso te demuestra que yo no escribo pensando en ello, escribo pensando en mis lectores. Son recursos narrativos distintos, el thriller puro si tiene recursos narrativos que permite llevarlos a la novela. Yo entiendo que una novela tiene que ir mucho más allá, tiene que ahondar en los personajes. La imaginación tiene un presupuesto ilimitado.

Es difícil de hacer y me apetecía. Me gusta mucho ponerme retos a mí mismo. Me parecía muy interesante, porque según el punto de vista que utilizas, la historia se cuenta de una manera o de otra. Podemos contrastar así las dos realidades: lo que pasa y lo que piensa que pasa. Y es una manera de tener alerta al lector.

No es una segunda parte porque son historias totalmente independientes. Por primera vez en mi vida de escritor me he enamorado de unos personajes, especialmente de Soria, con quien me apetecía seguir más, darle más matices. El otro personaje, el sicario, yo quería saber cómo se hace un sicario.