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Qué leer de Almudena Grandes a los tres años de su muerte

El 27 de noviembre de 2021, a los 61 años, falleció la escritora madrileña, la mejor novelista española del siglo XXI
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La novelista madrileña Almudena Grandes
La Razón

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Sin duda, la prematura muerte de Almudena Grandes (con sólo 61 años) unida a la de Javier Marías (a los 70), separadas ambas por apenas 10 meses, han dejado un vacío importante en la literatura española, siendo los dos autores madrileños respectivamente el la reina y el rey de la novela nacional. Sus máximos representantes.
Almudena Grandes, quien da apellido a la estación de Atocha desde hace un par de años -como, por ejemplo, lo hace María Zambrano en Málaga-, murió el 27 de noviembre de 2021, a causa de un cáncer colorrectal. En sus tres décadas de vida, a la esposa del director del Instituto Cervantes Luis García Montero le dio tiempo a escribir cerca de una veintena de libros, entre novelas y relatos, de los que unos cuantos han sido llevados a la pantalla.
La autora del barrio de Malasaña se dio a conocer en 1989 con su prodigiosa novelita erótica 'Las edades de Lulú', premiada con la Sonrisa Vertical, y que sería llevada al cine por Bigas Luna, director de 'Jamón, jamón'. Luego, a lo largo de los años noventa publicaría una serie de novelas de corte intimista, sentimental y humano que la consolidarían como la gran escritora que fue: 'Te llamaré viernes', 'Malena es un nombre de tango' (también adaptada a la gran pantalla, esta vez por Gerardo Herrero), y, sobre todo, 'Atlas de geografía humana': un despliegue de sensibilidad femenina.
Con la entrada del nuevo milenio alcanzaría una de sus cumbres literarias con 'Los aires difíciles' (2002), ese novelón romántico ambientado en Rota (Cádiz), donde la autora solía veranear. Una historia que de nuevo fue llevada al cine por Gerardo Herrero. Antes de que llegase 'El corazón helado' (2007), sin lugar a dudas su gran novela y una de las mejores obras escritas en castellano en lo que llevamos de siglo XXI; decía que antes de esta narración de amor y guerra publicó, siempre fiel al sello editorial Tusquets, 'Castillos de cartón', finalista del Planeta donde aborda La Movida Madrileña.
No hay que dejar en el olvido sus libros de relatos, donde también demostraba Almudena Grandes lo prodigioso de su pluma: 'Modelos de mujer' (1996), 'Estaciones de paso' (2005) y 'Los besos en el pan' (2015).
No fue, sin embargo, la década de 2010, cuando publicó los Episodios de una Guerra Interminable (o como algunos los llamábamos, no sin cierta malicia: los interminables episodios de la guerra) su mejor etapa: politizada hasta el tuétano -de ahí sus agresivos y parciales columnas en El País-, aparcó a un lado su notable sensibilidad para captar los matices humanos, para embarcarse en una serie guerracivilista, históricamente sesgada, con la que dejó por el camino a muchos de sus lectores, y sólo sumó unos pocos nuevos adeptos a la causa: los sospechosos habituales. Estos fueron: 'Inés y la alegría' (2010), 'El lector de Julio Verne' (2012), 'Las tres bodas de Manolita' (2014), 'Los pacientes del doctor García' (2017) y la madre de Frankenstein (2020). Quedó en el tintero 'Mariano en el Bidasoa', inconclusa.
Póstumamente, se publicó su novela 'Todo va a mejorar', una suerte de distopía, en octubre de 2022. Mas si en estos tres años de asuencia de Almudena Grandes hubiéramos de qedarnos con tres de sus obras o tuviésemos que recomendar tres de sus novelas, serían las que siguen:
'Las edades de Lulú' (1989)
Sumida todavía en los temores de una infancia carente de afecto, Lulú, una niña de quince años, sucumbe a la atracción que ejerce sobre ella un joven, amigo de la familia, a quien hasta entonces ella había deseado vagamente. Después de esta primera experiencia, Lulú, niña eterna, alimenta durante años, en solitario, el fantasma de aquel hombre que acaba por aceptar el desafío de prolongar indefinidamente, en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú, ya con treinta años, se precipita, indefensa pero febrilmente, en el infierno de los deseos peligrosos.
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'Los aires difíciles' (2002)
Juan Olmedo y Sara Gómez son dos extraños que se instalan a principios de agosto en una urbanización de la costa gaditana dispuestos a reiniciar sus vidas. Ambos arrastran un pasado bien diferente en Madrid. Sara, hija de padres menesterosos, que vivió una «singular infancia de vida prestada» con su madrina en el barrio de Salamanca, sufre el estigma de quien lo tuvo todo y luego lo perdió. Juan Olmedo, por su parte, huye de una tragedia familiar y un amor secreto y torturante, que han estado a punto de arruinar su vida. Sin buscarlo, «abocados a convivir como los únicos supervivientes de un naufragio», intercambiarán confidencias, compartirán asistenta, Maribel, y el cuidado de los niños, y buscarán refugio en esta nueva familia, elegida no impuesta. Como el poniente y el levante, esos aires difíciles de la costa atlántica, sus existencias parecen agitarse al dictado de un destino inhóspito, pero ellos han decido encauzarlo con voluntad férrea a su propio favor.
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'El corazón helado' (2007)
El día de su muerte, Julio Carrión, poderoso hombre de negocios deja a sus hijos una sustanciosa herencia con muchos oscuros de su pasado y de su experiencia en la Guerra Civil y la División Azul. En su entierro, en febrero de 2005, su hijo Álvaro, desvinculado de los negocios familiares, se sorprende de la presencia de una mujer joven desconocida que parece delatar aspectos ocultos de la vida de su padre. Raquel Fernandez Perea es hija y nieta de exiliados en Francia y lo sabe todo sobre la vida de sus padres y abuelos. Para ella sólo una historia permanece sin aclarar; la de una tarde que acompañó a su abuelo a visitar a unos desconocidos con los que intuyó existía una deuda pendiente. Álvaro y Raquel están condenados a encontrarse porque sus respectivas historias familiares, que son también la historia de muchas familias en España, desde la Guerra Civil hasta la Transición, forman parte de sí mismos y explican además sus orígenes, su presente. También porque, sin saberlo, se sentirán atraídos sin remedio.
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