«Las edades de Lulú»: la novela erótica que dividió a un país
La obra que impulsó a la ya fallecida Almudena Grandes hasta la fama sería muy comentada por su entonces novedosa expresividad sexual
Creada:
Última actualización:
En los coletazos de la Movida madrileña y aún con cierta resaca de la dictadura franquista, «Las edades de Lulú», de Almudena Grandes, aterrizó en 1989 para marcar a toda una generación. Así lo valoró Mario Vargas Llosa: «Refleja la prodigiosa transformación de la sociedad española a lo largo de medio siglo mejor de como lo harían muchos volúmenes de sociólogos e historiadores». La obra, quizá, clave en la carrera de la escritora fue tan reveladora como objeto de polémica. Una novela erótica que narra la historia de una joven de quince años que se siente atraída por un profesor de universidad amigo de su hermano. Tras una primera experiencia sexual, Lulú comienza a vivir una vida articulada por las fantasías eróticas, hasta que se ve traicionada cuando su pareja la engaña y termina manteniendo relaciones con su propio hermano. Hay tríos, transexualidad, orgías... que responden a la temática de la obra, pero que no dejaban de ser entonces un tabú y, por tanto, cebo de críticas.
Así, la reacción ante el libro fue inmediata. Se hablaba de morbo, de provocación, de la liberación sexual en todos los niveles que habían sido reprimidos durante la dictadura. No obstante, también obtuvo un éxito abrumador porque lo que buena parte de sus lectores encontraron en su protagonista y su trama fue un retrato fiel y detallado de toda una generación. A la propia Grandes le sorprendió la repercusión –en términos positivos– de «Las edades de Lulú», pues en alguna ocasión definió este éxito como «algo tan complejo que estuvo a punto de aplastarme. Pocos libros han hecho tanto por sus autores como esta novela hizo por mí, cuando me regaló la oportunidad de emprender la vida que siempre había querido vivir». Alas que se le concedieron a una autora que se fue demasiado pronto y que siempre será recordada gracias a su legado literario, el de una de las grandes narradoras de nuestro país.
«Una película porno»
Al escándalo de la publicación de la obra le siguió el de la película homónima, de 1990. Bigas Luna fue el director de la adaptación, y tal era la expectación por ver la cinta que pondría rostro e imágenes al libro del momento que llegó a confesar que el rodaje le provocó auténticas paranoias. Como imaginan, se dijo que el filme sobrepasaba el género erótico, y la postura de Ángela Molina, que iba a interpretar a la protagonista, no sirvió de ayuda para contradecirles: la actriz se retiró del proyecto una semana antes de empezar el rodaje pues le habían vendido «una historia de erotismo elaborado que, a la hora de la verdad, es un porno», dijo. A lo que Luna respondió: «Los jóvenes la van a entender hasta mejor que mi generación –tenía entonces 47 años–, porque en el fondo Lulú es una mujer que quiere a un hombre y le va buscando a través de otros para entregarse totalmente a él». Asimismo, defendió que se trataba de una historia «profundamente moralizante, porque, ¿qué niña de 20 años no sabe hoy lo que es un vibrador?». Una serie de tabúes que parecen perennes en el paso del tiempo: ¿seguiría esta obra siendo tema de escándalo en tiempos de corrección política?