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Los libros de la semana: de las meditaciones de Jon Fosse a los misterios de Yokoyama

Entre las novedades, destaca asimismo «Si este no es mi hogar, no tengo un hogar», de Lorrie Moore
El autor noruego Jon Fosse
Norwegian author Jon Fosse at Det Norske Teatret in OsloHakon Mosvold LarsenEFE

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Por Diego GÁNDARA
Si hay algo que se ha valorado en la obra del noruego Jon Fosse (Haugesund, 1959) tras anunciarse de que era el ganador del Nobel de Literatura 2023, fue la precisión y la originalidad de su prosa, que prescinde de los puntos y de las comas y de los signos e intenta transmitir, con un estilo tan seco como envolvente, lo indecible de una trama que, más que narrarse, parece percibirse, sentirse. Eso es lo refulge, precisamente, en «Ales junto a la hoguera», una novela inédita en castellano pero que resulta, en su brevedad, una pequeña obra maestra, una joya hecha de detalles, de sentidos, y con una historia que se sostiene a lo largo de las páginas en un lenguaje vívido, intenso, hermosamente perfilado, sin aditivos.
Un hábito silencioso
Así, Fosse presenta a Signe, una mujer que está sola en su casa, en la costa noruega, con el hábito silencioso de mirar por la ventana para verse a sí misma con veinte años menos. Un día en que, sentada delante de esa misma ventana, esperó sin fortuna el regreso de su marido, que durante una terrible tarde de finales del mes de noviembre salió de casa y se subió a su bote de remos y ya no volvió nunca más.
Pero Signe aún espera. Y no sólo espera. Rodeada por una melancolía por momentos dulce y a veces asfixiante, también recuerda. Y sueña. E imagina. Un mundo propio, donde las visiones del pasado se alternan y se superponen con las imágenes del presente y aquella vida en común. Y no sólo la de ambos, sino también la de los antepasados, la vida de cinco generaciones que, como Signe, padecieron y padecen la inclemencia del tiempo.
La novela es inquietante, fría, también oscuramente melancólica y con una paisaje devastador, pero, en cambio, explora cuestiones que son tremendamente humanas como la espera, el amor, la pérdida y la memoria contra lo inevitable y el olvido. Todo contado, por otra parte, con una prosa que logra decir, sin decirlo, eso que está, pero que es inefable, que no se puede decir.
  • «Ales junto a la hoguera», Jon Fosse. Random House. 112 páginas, 17 euros
Por Jesús FERRER
Justo Navarro es un escritor de variados registros: desde el relato biográfico –«F., sobre Gabriel Ferrater»–, a la novela negra –«Petit Paris»–, pasando por ensayos como «El videojugador». Con «DumDum, estudio de grabación» nos hallamos ante una ensoñación distópica en la que una totalitaria entidad administrativa, UniComplex, mitad empresa corporativa y mitad régimen político, controla el mundo con un sesgo entre paternalista y dictatorial. El denominado DumDum es un laboratorio audiovisual que, mediante neurochips generadores de quiméricas alucinaciones, domina la mente humana. En este planteamiento, deudor de los «paraísos» utópicos de Orwell y Huxley, se incluye una narcotizante y malévola entidad provocadora de numerosos suicidios. Unos intrépidos personajes se aliarán para contrarrestar esta situación con la idea de liberar las mentes de esa esclavitud tecnológica y estupefaciente. Pueblan este universo «agentes de prospección y prevención de afinidades interpersonales, expertos en venta y posventa de endoelectrónica, administradores de logística y transporte de datos, supervisores de máquinas supervisados por máquinas, observadores operacionales, electricistas del cerebro».
Vorágine audiovisual
La novela construye una fábula sobre la deshumanización de las tecnologías, la vorágine audiovisual, el poder autocrático y el control de la opinión pública. Los protagonistas, de calculada extravagancia y ocurrentes iniciativas, refuerzan, en su paródica configuración rebelde y con contenidas notas de humor, la crítica a una colectividad despersonalizada, acostumbrada al control político y a la anulación mental. Una historia que combina ciencia-ficción, relato policíaco, denuncia social, universo distópico, crónica cibernética e intriga futurista; en definitiva, muestra el pensamiento sustituido por la inteligencia artificial y el caos del porvenir.
  • «DumDum, estudio de grabación», Justo Navarro. Anagrama.176 páginas, 17,90 euros
Por Ángeles LÓPEZ
La cuarta entrega de la autora es una «road movie» protagonizada por vivos, medio muertos, muertos enteros, zombis y espectros…y todo ello ambientado poco antes de las elecciones norteamericanas que se celebraron en 2016. Vayamos por partes, que hay de todo y para todos los estados del cuerpo. Construida en dos planos temporales diferentes, la estructura se sustenta sobre tres diálogos: entre Finn, un profesor conspiranoico, y su hermano Max, ingresado en un centro para terminales. El segundo es entre el profesor amargado y su amada ex pareja, Lily, quien, pese a practicar risoterapia y vestirse de payaso, tuvo varios intentos autolíticos. Pero esta vez ha conseguido su propósito y en el psiquiátrico en el que estaba ingresada le han dado sepultura, según sus propios deseos, en un cementerio ecológico. Finn hará algo que ni siquiera Hamlet llevó a cabo: desenterrar a su amada. Así, hombre y cadáver emprenden un viaje por carretera con destino a un centro de investigación forense, situado en Tennessee, donde la pareja se comprometió a donar sus cuerpos, pero, en realidad, lo que él ansía es hablar con el fantasma de su amada.
Sus bromas oscilarán entre el más absoluto delirio, mezclando humor con pseudofilosofía. A mitad de toda esta odisea sobrenatural, Finn se detendrá en un hotel donde la recepcionista no se inmutará ante el hecho de que se está registrando con un mugriento cadáver, donde entrará ya la tercera línea de diálogo con los fantasmas.
Brújulas narrativas
Un siglo y medio después, el propio Finn descubrirá en la habitación las anotaciones que tomó Elizabeth y los lectores asistiremos a las intimidades entre una mujer que regenta un hotel en el territorio de la antigua Confederación en 1871 y su desaparecida hermana. Todo el libro nos deja bastante claro que, aunque la muerte no necesariamente marca el final de una historia, la suya naufraga, pese a la genialidad estructural, en su viaje a ninguna parte, perdiéndose en brújulas narrativas. Tan extraño como bello cuando uno se detiene entre sus páginas… aunque se disuelven como una gota de sal en el mar.
  • «Si este no es mi hogar, no tengo un hogar», Lorrie Moore. Seix Barral. 288 páginas, 19,90 euros
Por Lluís FERNÁNDEZ
El recurso al «enmarcado narrativo» lo practican tanto quienes escriben novelas de género como los que tienen pretensiones literarias, como Hideo Yokoyama con «La luz el norte» (2019). Este «relato enmarcado» es tan viejo como los libros de «Las mil y una noches» o «El Quijote». Para Gérard Genette, la historia principal es la base en la que se inserta el resto de narraciones «ad infinitum». En el caso de «La luz del norte», Yokoyama se sirve de un enigma trivial como pretexto para que fluyan numerosas historias paralelas a lo largo de la novela: una casa ideal construida por un arquitecto sin autoestima a una familia que nunca la ha ocupado. La búsqueda de esa misteriosa familia por el arquitecto, obsesionado con su desaparición, va evidenciando sus carencias afectivas y familiares y su deseo de dejar un legado memorable, similar el del arquitecto expresionista Bruno Taut.
Enseñanza moral
Como la intención del autor japonés es, mediante una parábola, expresar un mensaje de carácter estético y existencial, el relato se enmarca en la «novela de aprendizaje», pues transmite una enseñanza moral mediante un cambio personal. Literariamente, el relato bascula entre la alegoría de esa casa ideal ocupada por una silla de Taut y la obsesión por el arquitecto alemán que vivió exiliado dos años en Japón. Espoleta que dispara sus recuerdos de una infancia nómada, la familia perdida y también el habitual deseo por dejar a la posteridad una obra imperecedera con interminables especulaciones.
Las historias paralelas son en realidad un mero pretexto para filosofar sobre la estética, la belleza, la poética, la familia, el honor y la culpabilidad. Palabras mayores que Hideo Yokoyama desparrama por un relato que a veces se revela denso y poético; otras, pretensioso y agotador por resulta exhaustivo, y, en conjunto, menos interesante de lo que el autor cree. La prosa, lenta y a veces agobiante, es similar a la usada en su conocida novela «Seis Cuatro» (2021), pero éste es un relato plenamente cuajado. Por eso fue saludada en LA RAZÓN como «una novela excepcional, caudalosa y delicada como un drama realista de Mizoguchi».
  • «La luz del norte», Hideo Yokoyama. Salamandra. 432 páginas, 23 euros