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Kamala Harris, "pop star": el cine mudo gana una estrella

El mundo de la cultura, el espectáculo y la política ha activado las palancas que pueden auparla, pero la prensa menos simpatizante se pregunta si tiene voz
Kamala Harris, "pop star": el cine mudo gana una estrella
Democratic presidential nominee Vice President Kamala Harris raises her arms as she walks on stage during the Democratic National Convention J. Scott ApplewhiteAP
Marian Benito
  • Licenciada en Ciencias de lnformación (Periodismo), con estudios de Derecho y Psicología y máster en Neuropsicología. Desde 1990 hasta hoy he escrito en numerosos periódicos y revistas nacionales (Diario 16, Ya, El Mundo, El País, El Español, Tiempo, Época, Muy Interesante, Quo, Cosmpolitan…). Autora de varios libros (Los Secretos del Nombre, Grandes Enigmas de la Humanidad y Cómo triunfar en la cama).

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Así debió de ser el Big Bang que dio origen al Universo. Aquella explosión tan grande y con una energía tan enorme que de la nada creó la materia tiene su réplica en Estados Unidos, donde una multitud surca de este a oeste el espacio,a una velocidad astronómica y dibujando a su paso las 50 estrellas blancas sobre fondo azul que componen su bandera. Todas para iluminar a un satélite sin luz propia: Kamala Harris.
Un golpe de suerte la ha colocado en el meollo político de la nación más poderosa del mundo sin que importe si es suficientemente buena, competente o capaz para gobernarlo. Tiene a su favor la vigorosa industria del cine, que es la mayor fábrica de sueños y la herramienta más hábil para moldear mentes y difundir su narrativa de izquierdas. Influencers y celebridades del mundo de la cultura, la política y el espectáculo se han alineado para activar las palancas que pueden encumbrar a Kamala frente a su adversario, Donald Trump.
Kamala Harris, la guerrera de la "libertad" y la "alegría" para vencer a Trump
Kamala Harris, la guerrera de la "libertad" y la "alegría" para vencer a TrumpJUSTIN LANEEFE
Da igual si, como dice el candidato republicano, es una mujer sin sustancia. Los más populares y mejor pagados de Hollywood y la televisión se encargan de ponerle emoción y le transfieren su propia sangre con sus aclamaciones. En el frenesí subiría, si hiciese falta, el Everest a la pata coja (ojo con la bajada). El film podría ser la enésima versión de «Ha nacido una estrella». Ella, Judy Garland; Joe Biden, pobre ángel caído, James Mason.
Al ritual del entusiasmo se han unido estrellas como Charli XCX, icono del pop y nueva mentora de la generación Z. Ella le ha insuflado el espíritu «brat» de «niñata verde» de su último disco dándole esa nota jovial, extrovertida, volátil, vulnerable y tan desatada que define a sus seguidores. Sus mismas «cosas tontas». Es otra vuelta de tuerca, más progre y woke, de este extraño feminismo.
Charli xcx, Kamala Harris y un cocotero: unas elecciones "brat"
Charli xcx, Kamala Harris y un cocotero: unas elecciones "brat"LR / SPOTIFY
Con el gesto congelado en una sonrisa y sin apenas parpadear, Kamala se ha convertido en un fenómeno cultural, en toda una sensación en TikTok. Ella se cree a pie juntillas lo que escucha o lee de sí misma. Lo acepta con soltura y mucho tiento, sabiendo que cualquier salida del tiesto significará su caída en picado. De ahí que en su estética haya huido del vaivén de las estrellas del pop, que marcan cada álbum con alguna sorpresa estilística. Kamala mantiene su línea sartorial de traje de chaqueta y pantalón, por momentos aburrida, pero neutral y adecuada para que miles de mujeres sientan su estilo como propio. Su candidatura es continuista y no conviene distraer.
Biden, Obama y los Clinton apoyarán a Kamala Harris en la Convención Nacional Demócrata
Biden, Obama y los Clinton apoyarán a Kamala Harris en la Convención Nacional DemócrataRadek Pietruszka/ Tanner Maury/Bonnie CashEFE
El politólogo estadounidense Hadley Arkes la compara con Lina Lamont, la estrella del cine mudo con una voz horrible y poca mollera de «Cantando bajo la lluvia». En el film, los productores intentan evitar a toda costa que el público la escuche. «La señora Harris –dice– es nuestra Lina Lamont, a quien sus representantes deben proteger cuidadosamente y prohibirle hablar, por su propio bien (y el de su partido)». Lo más que puede hacer es playback. Él sugiere que conseguir de ella un discurso amplio sería un as en la manga para Donald Trump. Auparla ha sido relativamente fácil y rápido, quizá prematuro y sin tiempo de digerir; sobrevivir le exigirá mantener el clímax hasta las urnas.