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Las piezas salvadas de la guerra: Arte Liberata 1937-1947 en Roma

La muestra refleja lo que fue la locura de Hitler al intentar incautar miles de obras de arte de propiedad italiana para abrir su “Führermuseum” en Lizt.
Mirón de Eléuteras realizó en torno al 450 a.C. la primera e icónica escultura del Discóbolo
Mirón de Eléuteras realizó en torno al 450 a.C. la primera e icónica escultura del Discóbolo.La Razón

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Eran unos tiempos terribles que nadie sabía todo lo que sucedía a la vez que caían las bombas. Hitler quería las obras de arte de Italia, pero los italianos se organizaron de tal manera que salvaron muchas de ellas. La muestra Arte Liberada 1937- 1947 , que permanecerá en el Museo de Roma Scuderie del Quirinale hasta el 10 de Abril de 2023, relata con fotografías, videos y audios de la época, las increíbles maniobras que tuvieron que hacer para esconder parte importante del patrimonio italiano, involucrando también al Vaticano.
La fuerza plástica del Discóbolo de Mirone hechizó la mente de Hitler. Se enamoró perdidamente de esta pieza preciosa que estaba en Roma y exigió comprarla. Giuseppe Bottai que en ese momento era el Ministro de Educación intentó por varios medios evitarlo pero el marido de Mafalda de Saboya le ayudó a llevar a cabo ésta y muchas más transacciones. En Junio de 1938, la pieza salió para a la Glyptothek de Munich (El museo de arte griego y romano de la ciudad de Múnich, Baviera) después de haber pasado por la mesa de Mussolini. Rodolfo Siviero, agente secreto, historiador del arte e intelectual italiano, más conocido por su importante trabajo en la recuperación de obras de arte robadas en Italia durante la Segunda Guerra Mundial como parte del “saqueo nazi”, convenció a los aliados de que la obra había sido adquirida violando el artículo redactado en 1909.
“Hitler con su afán por la grandeza, el comandante Hermann Göring con sus sueños bulímicos como señor renacentista” (Il Messagero).
Madonna col bambino e angeli detta Madonna di Senigallia. Pietro della Francesca Borgo Sansepolcro (1412 - 1492 aprox.)
Madonna col bambino e angeli detta Madonna di Senigallia. Pietro della Francesca Borgo Sansepolcro (1412 - 1492 aprox.)Scuderie del QuirinaleScuderie del Quirinale
La muestra se desarrolla en tres fases, la primera es “La exportación forzada y el mercado del arte” dedicada a la alteración sufrida por el mercado del arte después de la firma del eje Roma-Berlín (1936) para secundar los deseos coleccionistas de Adolf Hitler y Hermann Göring, los jerarcas fascistas que favorecieron el permiso de cesión de importantes obras de arte, en esta primer salón, se encuentra la copia romana del Discobolo, la icónica escultura griega que realizó Miron Eleuteras en año 450 a.C.
En la exposición hay más de cien obras maestras rescatadas durante la Segunda Guerra Mundial, así como interesantes documentales, fotografías y audios.
"Danae" (1544-1545), de Tiziano Vecellio
Danae (1544-1545) Tiziano VecellioLuciana Vecellio Luciana Vecellio
El segundo tema está dedicado a los “Desplazamientos y refugios” – (1939), cuando, con la invasión de Polonia por parte de Hitler, el ministro de educación Giuseppe Bottai puso en marcha las operaciones de seguridad del patrimonio cultural, con la consiguiente elaboración del plan de traslado de las obras de arte. De aquí se desenvuelven muchas historias: las relaciones entre los superintendentes italianos y el Vaticano, el compromiso de cada uno de los funcionarios para inventariar y ocultar los bienes culturales en el Lacio, en Toscana, en Nápoles, en Emilia y en el norte de Italia, el compromiso fundamental de las mujeres curadoras, como Fernanda Wittgens, Palma Bucarelli, Noemi Gabrielli, Jole Bovio y otras, así como el saqueo de la Biblioteca Judía de Roma.
El tercero y el último es: “El fin del conflicto y las restituciones” – Y en este apartado se toma en consideración las misiones para la recuperación y la salvaguardia de las obras robadas al final de la guerra. Uno de los pasos que dieron los funcionarios italianos fue cuando se unieron a los hombres del “Monuments, Fine Arts, and Archives Program” (MFAA), un grupo de trabajo formado por profesionales del arte de trece países diferentes y organizado por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial para proteger el patrimonio cultural y las obras de arte en las zonas de guerra.
Con el fin de la guerra comienza la aventura de las restituciones de los bienes robados por los nazis con más de seis mil obras encontradas hasta ahora.
Con motivo de esta muestra histórica, la editorial Electa, ha publicado el libro ARTE LIBERATA 1937-1947, en el que se cuenta cada uno de los pasos y vericuetos sufridos por las piezas de arte. Uno de los capítulos se titula “Hitler y el robo de las obras de arte: El Führermuseum y las adquisiciones de Sonderauftrag Linz” – El museo del Führer se quedó como el proyecto que pensaba construir en la ciudad Linz, Austria, en el que pretendía reunir la gran colección de obras de arte que incautaron los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Hitler había pasado sus años de juventud en esta ciudad que se extiende a los dos lados del Danubio: “Era un proyecto estrictamente ligado a la persona de Hitler, basado en su colección privada. A este patrimonio se le agregarían las obras de arte confiscadas o compradas” escribe Birgit Schwarz. Sobre el testamento privado redactado el 29 de abril de 1945, destaca que “la construcción del museo emerge como el mayor deseo de Hitler que deseaba donar al pueblo alemán”.
Cinco días antes de que Mussolini declarara la entrada a la guerra de Italia (5 de Junio 1940) el director general de las artes, Marino Lazzari, firmó un comunicado subrayando como “Urgente riservatissima”, en la que daba instrucciones al superintendente de “actuar inmediatamente con los procedimientos previstos para tutelar el patrimonio artístico poniendo especial atención en las zonas fronterizas y a las piezas de arte pertenecientes a las colecciones estatales”. Eran conscientes de la que se venía encima.
En esta muestra se pueden conocer a los que fueron capaces de actuar con sangre fría para salvaguardar parte del patrimonio artístico de su país.
Otro apartado muy interesante es ver cómo decidió actuar el entonces director de la Galería Borghese, Aldo de Rinaldis, para proteger las piezas pictóricas y piezas escultóricas enormes, de la famosa colección de los Borghese.
La manera en la que esta exposición relata minuciosamente los pasos que dieron para salvar parte importante del patrimonio del país estando en una situación al límite, pone los pelos de punta.

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