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Luis Suárez, el gran especialista español en Historia Medieval

Su condena política tuvo lugar cuando escribió la entrada de Franco en el diccionario biográfico de la Academia de Historia
Luis Suárez fue Premio Nacional de Historia con 'Isabel I, reina'
Luis Suárez fue Premio Nacional de Historia con 'Isabel I, reina'Cipriano Pastrano / La Razón

Madrid Creada:

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La cancelación existió mucho antes del wokismo. Recuerdo que las obras historiográficas de Luis Suárez se apartaban con el prejuicio de que era un autor “franquista”. En consecuencia, la investigación y los resultados de Suárez tenían menos validez o simplemente no servían ni para el debate. El asunto era cuanto menos chocante porque se trataba de un catedrático de Historia Medieval por la Universidad de Valladolid (1955-1973), de la que fue Rector, ejerciendo también luego su cátedra en la Universidad Autónoma de Madrid (hasta 1989). No acababa ahí su currículum profesional. Fue director de la Escuela de Historia y Arqueología del CSIC en Roma, de Universidades e Investigación entre 1972 y 1974, y correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1993. También perteneció a la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, introducido nada más y nada menos que por otros dos grandísimos historiadores como Jaime Vicens Vives y Ferran Soldevila, que no eran precisamente dos franquistas.
Era el gran especialista español en Historia Medieval, en particular en la Baja Edad Media y en el reinado de los Reyes Católicos. Hay quien dice que nadie sabía tanto como él de Isabel y Fernando. De hecho, en 2001 recibió el Premio Nacional de Historia por su obra “Isabel I, Reina”.
Gran interesado por la Europa medieval, dedicó mucho tiempo y varios estudios a entenderla y a divulgar su conocimiento. De ahí sus obras “Los creadores de Europa. Benito, Gregorio, Isidoro y Bonifacio” (2005) para comprender el fundamento cristiano de la europeidad, o “La Europa de las cinco naciones”, en la que explica que Francia, España, Alemania e Inglaterra configuraron la historia europea. Sus ideas se pueden completar con dos libros: “Cristianismo y europeidad: una reflexión histórica ante el tercer milenio” (2004) y “Meditaciones en torno a la europeidad” (2013). Luis Suárez consideraba que España era la “creadora” de un patrimonio “equivalente al de Roma y al que llamamos hispanidad”. Era la civilización española, que “ofreció a Europa una alternativa en la que los derechos naturales humanos, la capacidad racional para el conocimiento y el libre albedrío constituían los ejes sustanciales”. En su obra “Lo que España le deba a Cataluña” (2016) aseguró que tras la invasión musulmana de la Península fue en los “Pirineos donde volvió a emplearse en lengua vulgar el término ‘Spanya’” para invocar el cristianismo y la lex romana visigothorum.
La monarquía y el cristianismo fueron las piezas fundamentales en la construcción europea, y en la ventaja que consiguió respecto a otros lugares. A eso dedicó varios estudios, como “Nobleza y monarquía” (2003), donde plantea el conflicto entre entre los nobles y el poder regio para la concentración y el refuerzo de la autoridad que comenzó en el reinado de Enrique IV y concluyó con los Reyes Católicos.
Su otro tema de investigación, alejado del anterior, fue Franco y su época. Estuvo vinculado a su Fundación y fue usuario único del archivo del dictador, lo que le valió la condena de algunos historiadores que quisieron tener acceso al archivo. Esto ha pasado también con otros archivos, como por ejemplo el de Manuel Ruiz Zorrilla, presidente del Gobierno en dos ocasiones con Amadeo de Saboya, depositado en la Residencia de Estudiantes, y accesible solo para un historiador con nombre y apellido. La condena política de Luis Suárez tuvo lugar cuando escribió la entrada de Franco en el diccionario biográfico de la Academia de Historia. La elección de Suárez estuvo motivada porque era el autor de varios y prolijos estudios sobre el dictador y su tiempo. La calificación de su régimen abrió un durísimo debate, que acabó con la sustitución de su entrada por otra escrita por el prestigioso historiador Juan Pablo Fusi. Aquella polémica no ensombrece su obra como medievalista.