El asedio a Gran Canaria: la batalla que enfrentó a 12.000 holandeses contra 400 españoles
A finales del siglo XVI, la armada holandesa quería invadir las Canarias por motivos comerciales pero se topó con el coraje y la verdad de los españoles
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Corría el año 1599, en plena Guerra de los Ochenta Años, la hostilidad entre las Diecisiete Provincias de los Países Bajos y su soberano, el rey Felipe II, también conocido como 'el Prudente', era palpable en el ambiente. Los conflictos entre ambas potencias eran habituales hasta el punto de llegar a incluir a otras naciones en la ecuación. En este caso, las redes comerciales de actividad esclavista de los Países Bajos se toparon con un obstáculo que encarecía paulatinamente los costes, la presencia de las Islas Canarias. Por ello, el vicealmirante Pieter van der Does puso en marcha un plan para hacerse con el control del archipiélago. Sin embargo, la respuesta del imperio Español fue tajante, el resto es una de las batallas más épicas que se recuerden.
Algunas de las contiendas más famosas que cuentan con la marca hispana son 'La Reconquista', la llamada 'Guerra de los Treinta Años' o la 'Guerra de Sucesión', entre otras. Es por eso que el legado que ha dejado la sombra del imperio en la tinta de los libros, en pinturas y en nuestro imaginario cultural es inmenso. En la pugna que hoy nos concierne, la intención de los hijos de Flandes era asestar un duro golpe a los españoles con la ruptura del Estado con sus relaciones territoriales de ultramar. Craso error. La derrota de estos estuvo marcada desde el inicio de la expedición por lo que no proliferó en ninguno de sus objetos.
Por aquel entonces, estos dos titanes que estaban enfrentados entre sí eran los claros dominadores del mundo. Aunque la que reinaba sin duda era la superpotencia española que no dejaba prisioneros a su paso. En este siglo se produjo la anexión del Imperio Portugués lo cual enalteció su figura y la potestad para reclamar el ascenso directo al trono. En el otro lado de la balanza, el Imperio neerlandés tenía un alto poder marítimo y colonial contando con territorios de todos los rincones del globo terráqueo. Desde Asia hasta América del Sur.
El preludio de una muerte anunciada
La travesía neerlandesa dio comienzo el 26 de mayo de 1599 zarpando desde el puerto de Flesinga poniendo el punto de mira en el Mar Cantábrico. El itinerario marcaba el paso por la península en puntos clave hasta llegar al tan ansiado objetivo. Los Estados Generales de lo Países Bajos, confiando en la posible victoria de su armada, le concedieron al comandante un ejército formado por 74 buques de guerra y un total de 12.000 hombres para morir por su bandera. La derrota no dejó lugar a la duda, puesto que, los fracasos fueron acentuándose con el pasar de los días.
El primer ataque fue a La Coruña donde los soldados de Pieter van der Does fueron derrotados. En Cádiz, en la población de Sanlúcar, se produjo el mismo resultado para los holandeses. Con los ánimos bajos pero con el orgullo intacto la tripulación puso rumbo a las Canarias. Sin embargo, la preparación de los españoles era notoria debido a que ya habían sido notificados desde Flandes de las oscuras intenciones de la expedición de los Países Bajos.
La Batalla del Batán: 12.000 holandeses vs 400 españoles
El desembarco a tierra firme fue uno de los principales motivos por los que el triunfo de la flota arecía imposible. La presión por parte de los locales fue tal que no tuvieron más remedio que, al quinto intento, entrar a la fuerza con unas lanchas planas que se aproximaron por unas zonas de bajíos. En este momento encontraron el punto débil de los lugareños aunque el volumen de bajas había sido muy dispar, mil neerlandeses por una centena de canarios. Con la toma de la Palma arrancó la Batalla del Batán.
Unos 400 isleños llevaron al ejército holandés al bosque del Monte Lentiscal, entonces la emboscada se consumó constituyendo un grave problema para los forasteros. El avance fue refrenado en el cerrillo del Batán. Tras la quema de conventos y edificaciones de todo tipo, Van der Does ordenó la retirada de Las Palmas.