La nueva teoría que explica la desaparición del Antiguo Egipto
Las razones de la caída de este imperio se han debatido durante mucho tiempo, por lo que los factores climáticos y las sequías especialmente severas se enfatizaron como la consecuencia del llamado evento climático que llevo a estas civilización a su final, sin embargo puede que esto no sea totalmente cierto
Creada:
Última actualización:
La Edad de Bronce, más concretamente el tercer milenio a. C., es de especial interés para la historia del ser humano porque fue testigo de una serie de grandes transformaciones en el Mediterráneo oriental. Las más conocidas, el colapso del Antiguo Reino egipcio y del Estado acadio del Cercano Oriente.
Las razones de la caída de ambos imperios se han debatido durante mucho tiempo, por lo que los factores climáticos y las sequías especialmente severas se enfatizaron como la consecuencia del llamado evento climático que llevo a estas civilizaciones a su final. Sin embargo, según nuevas investigaciones, dirigidas por el arqueogenetista Gunnar Neumann, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, su equipo ha encontrado, en los restos excavados de un antiguo cementerio de Creta llamado Hagios Charalambos, pruebas genéticas de la existencia, en esa época, de las bacterias responsables de dos de las enfermedades más letales de la historia: la fiebre tifoidea y la peste.
El descubrimiento
Durante finales del tercer milenio a. C., el Mediterráneo Oriental y el Cercano Oriente fueron testigos de cambios sociales en muchas regiones, que generalmente se explican con una combinación de factores sociales y climáticos. Sin embargo, la investigación arqueogenética reciente nos obliga a repensar los modelos con respecto al papel de las enfermedades infecciosas en las trayectorias sociales pasadas. La bacteria de la peste, conocida como “Yersinia pestis”, que estuvo involucrada en algunas de las pandemias históricas más destructivas, circuló por Eurasia al menos desde el inicio del tercer milenio a. C., pero la desafiante preservación del ADN antiguo en climas más cálidos ha restringido la identificación de Y. pestis en este período. Razón por la cual actualmente faltan evidencias en regiones culturalmente prominentes como el Mediterráneo Oriental. No obstante, gracias a este estudio, “ hemos sido capaces de presentar evidencia genética de la presencia de “Y. pestis” y “Salmonella enterica”, el agente causante de la fiebre tifoidea/entérica, en este período de transformación en Creta, detectada en la cueva Hagios Charalambos”, explicaron los investigadores.
Los investigadores fueron capaces de reconstruir el genoma de “Y. pestis” que forma parte de un linaje ahora extinto de cepas de “Y. pestis” del Neolítico tardío y la Edad del Bronce, las cuales probablemente aún no estaban adaptadas para la transmisión a través de pulgas. Además, “reconstruimos dos genomas antiguos de S. enterica que probablemente aún no estaban completamente adaptadas a los humanos. La aparición de estos dos patógenos virulentos al final del período minoico temprano en Creta enfatiza la necesidad de reintroducir enfermedades infecciosas como un factor adicional que posiblemente contribuya a la transformación de las primeras sociedades complejas en el Egeo y más allá”, finalizó el equipo dirigido por Gunnar Neumann.