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La diversidad, tarea pendiente de la ficción española

El Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) presentó su informe del último año, en el que se destaca la fuerte polarización de nuestras series y películas en términos de inclusividad
Carlos Cuevas, en "Smiley", de NetflixNETFLIX

Valencia Creada:

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Uno de los sesgos más estudiados por la sociología es el de la proporcionalidad. Tendemos, por una cuestión primitiva y gregaria, a dar por entendido que (casi siempre) hay más de lo que vemos. Casualidades (o más bien normatividades) o no, ese sesgo de proporción lo aplicamos a todo... menos a los colectivos minoritarios. Si ocurre un robo en el barrio, tenderemos a pensar que vienen más, pero, por alguna razón, si vemos a un personaje trans en una serie, el grueso de la población tiende a interpretarlo como una sobrerrepresentación del colectivo. Y no con un ánimo discriminatorio o por ser "mala persona" -que a veces sí-, en base a prejuicios que pueden venir desde muchos lugares, también por la falta de información que existe al respecto.
Para combatir esa desinformación con datos nació el Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA), que se encarga de analizar nuestro cine y nuestras series para entender en qué punto está la inclusión en nuestra ficción. Tras presentar su informe anual en Madrid, los responsables de ODA se trasladaron a Valencia, coincidiendo con el día del Orgullo LGBTIQA+ y el Campus de Diversidad de la Academia de Cine, para ampliar los datos recogidos. Y las conclusiones dejan claro que aún queda mucho camino por recorrer en términos de diversidad e inclusión, tanto de género, como de orientación sexual, discapacidades y orígenes.
El activista y director de Investigación de ODA, Emilio Papamija, ha ejercido de moderador en la mesa redonda del Campus de Diversidad de la Academia de CineCORTESÍA DE LA ACADEMIA DE CINE
Tras analizar 99 películas y 61 temporadas de un total de 59 series españolas, lo más relevante que arroja el informe es el estancamiento de la industria. Los personajes del colectivo LGBTQ+, por ejemplo, alcanzan el 9,2% del total. Sin registros, como es obvio, de la condición sexual de la población, la cifra sigue languideciendo en comparación con la estimación del 12% al 15% de las encuestas publicadas el año pasado. Pero los datos, en crudo, también se pueden volver problemáticos. Básicamente, si usted y el Real Madrid tienen 14 Champions, no tiene por qué significar que usted haya ganado 7. Del mismo modo, la mitad de los personajes del colectivo están concentrados en apenas siete películas: el cine LGBTIQA+ es español, pero al cine español le cuesta ser LGBTIQA+ .
En cuanto a personajes racializados se refiere, se registra un aumento hasta el 12,3%, mientras que la presencia de personas discapacitadas en la ficción ha disminuido, de hecho, hasta el 2,8% del total. Eso sí, en este último aspecto es de rigor mencionar que se está teniendo en cuenta el austistic coding, es decir, la percepción de un personaje concreto como parte del espectro autista, sin mencionar explícitamente ese aspecto en la serie o película.
Más allá de la presentación de los datos, y su explicación, el informe fue objeto de debate y contextualización en el Campus de Verano de la Academia de Cine, en Valencia. En un coloquio moderado por Emilio Papamija, director de Investigación de ODA, y con la presencia de Celia Montoya (activista española de etnia gitana), Patty Bonet (actriz activista por la discapacidad valenciana), Jenifer de la Rosa (creadora hispanocolombiana y activista por la adopción), y Beatriz Mbula (actriz valenciana racializada), parte del cuerpo de productores más relevante de nuestra industria atendió a las reflexiones. Al fin y al cabo, son ellos los que más decisiones toman al respecto, por lo que el coloquio tiene aún más sentido. Si bien todavía queda mucho por hacer en materia de diversidad e inclusión, para que la ficción refleje realmente lo que es la sociedad española y cómo respira, los resultados del informe abren el camino de la esperanza más allá de lo coyuntural de las decisiones políticas y legislativas.