Crítica de "Venom 3: el último baile": Marvel, a ritmo de ABBA ★★★

Francamente, con el Universo Marvel pegando desde hace muchos años tiros cinematográficos de muy distinta altura y calado (desde las vistosas «Capitán América: El Soldado de Invierno», 2014, o «Vengadores: Infinity War», 2018, a las desastrosas «Thor: El mundo oscuro», 2013, y «Ant-Man y la Avispa: Quantumanía», 2023, por citar solo dos insignes ejemplos de ambos bandos), pues ahora se les agradece que la tercera película de Vernom, sea, primero, cortita de duración en estos tiempos de cintas kilométricas, y, segundo, que se trate de un absoluto disparate, de un desmadre que resulta bastante divertido y petardo.

Lo de la historia da un poco igual: el masculino y atractivo Tom Hardy vuelve a encarnar, con más cara de boxeador sonado que nunca, a Eddie en la cinta que, dicen, supone la despedida de la saga (y nosotros vamos y nos lo creemos), y que sigue con el demonio, o sea, el cínico, cómico, salvaje Venom, en el cuerpo, literalmente. Huyendo, igual que siempre, de unos y otros, perseguidos tanto por los enemigos del planeta Tierra como por aquellos del mundo al que pertenece el terrorífico y bocazas (menuda dentadura) simbionte, los dos personajes en uno solo se toparán con una familia ecohippie que versiona «Space Oddity», la mítica canción de Bowie, tocando una guitarrita mientras viajan en busca de la base militar llamada Área 51, Nevada, donde, aseguran, se investigan varios especímenes de alienígenas, y hasta con un caballo que acaba «poseído» por el demente Venom y, claro, el baile que este se marca con una señora china, personaje que ya conocíamos, que se acaba de hacer rica gracias a los casinos de Las Vegas mientras suena a todo trapo el «Dancing queen» de ABBA.

No le busquen los tres pies al gato, que ya bastante cojea el pobre: aquí nadie descubrió la pólvora (cualquiera sabe lo que le gusta al personal unos minutos musicales aunque sean metidos con calzador) pero todo podría haber sido peor. Bueno, quizá aún estén a tiempo...

Aunque metidos con calzador, los «minutos musicales» del filme resultan muy divertidos

Más que un filme de antihéroes y villanos, esto ya parece más una «buddy movie» de andar por casa