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La absurda “cruzada” antisemita de Kanye West

El último episodio de vergüenza pública de Ye pasa por la publicación de una lista (falsa) de ejecutivos judíos en el seno de los medios de comunicación estadounidenses
Descripción de la imagenLa Razón

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No es la primera vez. Ni tampoco, parece, será la última. Ye, el artista antes conocido como Kanye West, ha entrado en una espiral de comportamientos erráticos y racistas que, ahora, tiene a los judíos como objetivo violento. ¿Cómo comenzó todo? A principios de mes, fueron varias las celebridades que le afearon vender camisetas con el mensaje «Las vidas blancas importan», parodiando el movimiento #BlackLivesMatter. West, en sus redes sociales, respondió que a partir de ahora iba a entrar en modo «DEFCON 3» con «la gente judía». Jaden Smith, hijo de Will Smith, modelaba el mismo día del tuit en París para la firma de moda de West, y renunció a hacerlo por el mensaje del cantante y compositor.
No fueron pocos los colegas de profesión que le pidieron que rectificara, a lo que West respondió que se trataba de un intento más de los medios «controlados por los judíos» por acallarle. West fue sancionado por Instagram y Twitter, bloqueando sus cuentas, hecho que el artista vio como una oportunidad para doblar el agravio: «Todavía estamos viviendo el Holocausto, dicen. Un amigo me aconsejó ir a visitar el Museo del Holocausto. Yo le dije que no hace falta, que el verdadero Holocausto se llama Planificación Familiar», escribió el artista en una publicación, luego borrada, y que venía a enlazar su discurso con la causa anti-abortista en Estados Unidos.
Desde entonces, publicaciones como «Forbes» calculan que West ha perdido cerca de 200 millones de dólares en acciones y patrocinios, siendo el más sonado el de Adidas, marca con la que colaboraba exitosamente desde hace años con las zapatillas Yeezy. El contrato, de unos 250 millones de dólares, se ha vuelto todavía objeto de más controversia por las quejas de West relacionando a la marca alemana con el nazismo (es cierto que sus fundadores pertenecían al movimiento fascista en 1933, año del ascenso de Hitler al poder). Y justo cuando parecía que, una vez más, el silencio haría volver el río de las vanidades y la hipocresía a su cauce, West ha aparecido con una lista de supuestos controladores de los medios (en su mayoría judíos). Hecho que el «trumpismo» ha celebrado, dando rienda suelta a su antisemitismo.