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La rocambolesca historia de Francisco Miranda, el mayor traidor a España

Participó en la batalla de las Bahamas contra los ingleses y, a las órdenes del General Cagigal, traicionó a este y a su país
La Razón
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Juan Manuel Cagigal inició su carrera militar como cadete del Regimiento de Fijos de La Habana. En 1760 participó, alistado en las tropas del marqués de Sarriá, en la Guerra de los Siete Años contra británicos y portugueses. Combatió en la campaña de Orán de 1766 como jefe del Regimiento de Infantería del Príncipe. En 1775 marchó con el ejército del conde de O´Reilly en la expedición a Argel, en la que fue el mayor desastre militar del reinado de Carlos III, lo que no impidió dos nuevas expediciones (1783 y 1784) que culminaron de forma favorable a España con el tratado Hispano-Argelino de 1786. En 1776 marchó con la expedición a Buenos Aires para expulsar a los portugueses de las tierras que habían ocupado en el Río de la Plata. En esta campaña alcanzó el grado de brigadier general, regresando a España para participar en los ataques contra los ingleses en Gibraltar. Durante este asedio fue nombrado mariscal de campo de los Reales Ejércitos de España. Poco después partió desde Cádiz en socorro de las guarniciones españolas en América. Nada más llegar se unió a las tropas de Bernardo de Gálvez que había puesto asedio a la plaza inglesa de Pensacola en Florida.
En el asalto final a Pensacola el mariscal Cagigal se puso al frente de la columna de asalto de los regimientos de Cuba desbaratando a los ingleses. Nada más entrar por la brecha fue herido en un hombro, y cambiándose la espada de mano arengó a sus hombres «¡Siempre adelante! ¡Cerrar filas! ¡Adelante!» terminando por aplastar a los ingleses. Pensacola se rindió a los españoles de Gálvez y Cagigal el 10 de mayo de 1781.
Criollo de Caracas
En 1782 partió al frente de una flota y de un ejército para expulsar a los ingleses de las Bahamas. En esta campaña llevaba como edecán, ayudante de campo, al capitán del Regimiento de Infantería de Aragón Francisco Miranda, un criollo de Caracas. El 7 de mayo de 1782 caía la plaza de Nassau en manos españolas y con ella todas las Bahamas y, cuando se planeaba arrebatar a los ingleses Jamaica y así expulsarles del Caribe, se firmó, el 20 de enero de 1783, la paz entre España e Inglaterra.
Con la toma de Nassau se cerró el canal de Bahamas a los barcos ingleses con lo que se completó el cerco a las tropas que mandaba el inglés lord Cornwallis, lo que posibilitó la victoria de Washington en Yorktown. Victoria que permitiría el nacimiento de los Estados Unidos. Terminada la campaña Cagigal comisionó a Miranda para que viajase a Jamaica a negociar un canje de prisioneros. Miranda aprovechó el viaje para cargar contrabando en la goleta que le llevó a Kingston y así poder llevar mercancías a Batabanó donde estaba conchabado con comerciantes de La Habana. Se descubrió el delito, pero Cagigal salió en defensa de la honradez de Miranda, pero el delito era claro y el general español fue amonestado y relevado de su cargo por el mariscal de campo Luis de Unzaga. Ninguna buena acción queda sin su castigo. La impresionante hoja de servicio de Cagigal permitió que en 1789 Carlos IV anotándose que «su exceso de confianza (en Miranda) siendo, sin embargo, indisputable su pureza y desinterés» por lo que fue rehabilitado. Olvidado el incidente de Miranda, Cagigal mandó un cuerpo de ejército en las tropas del general Ricardos durante la guerra del Rosellón. Murió en Valencia en 1811 este español nacido en Cuba.
Miranda, hombre ambicioso, solicitó, alegando méritos de guerra, un título de Castilla que le fue denegado. Cargado de rencor contra España, pasaría a convertirse en un enemigo de la patria y en uno de los«libertadores» de la América española.
Miranda que había iniciado su carrera militar dentro de los Ejércitos del Rey de España, dado que era un español nacido en América, combatió en Melilla contra las huestes del sultán de Marruecos Sidi Muhammed ben Abdallah. Estuvo en la fallida expedición a Argel de 1775, siendo herido en las piernas y quedado su mosquete destrozado por una bala enemiga. Por estas acciones Miranda no obtuvo condecoración o ascenso alguno siendo destinado a la guarnición de Cádiz donde fue arrestado por el conde O’Reilly por defectos en el uso del uniforme. Su rencor contra España crecía por días. Gracias a la intervención del inspector general del ejército y de su antiguo comandante Cagigal, el mismo Rey dispuso que fuera trasladado al Batallón de Aragón en Cádiz como ayudante de campo de su protector Cagigal.
A las órdenes de Gálvez
La eficiencia demostrada por Miranda en la campaña de las Bahamas le valió entonces la recomendación de Cagigal para que fuera ascendido a coronel y pasó a estar bajo las órdenes del comandante general de las fuerzas españolas en Cuba, Bernardo de Gálvez, como ayudante de campo, momento en que fue enviado a Jamaica, en donde cometió el delito de contrabando que terminó con su buen nombre.
Viendo su carrera militar concluida viajó en 1791 a Francia, para tomar parte activa en la revolución. En París hizo amistad con los girondinos Jacques Pierre Brissot y Jérôme Pétion de Villeneuve. Sirvió brevemente como general en el ejército revolucionario francés de La Convención, combatiendo en la campaña de 1792 frente a los ejércitos prusianos que intentaban invadir Francia. Miranda alcanzó el grado de mariscal de Francia. Durante esta campaña participó en las batallas de Argonne, Wargemoulin, Amberes, Lieja, Tongres, Paliemberg y Valmy, donde llegó a ser segundo jefe del Ejército del Norte, pero terminó abandonándolo por diferencias con su jefe y protector Dumouriez tras el repliegue sobre Maastricht. Durante el reinado del terror, Miranda fue arrestado varias veces por los jacobinos, encarcelado y sometido a juicio por el Tribunal Revolucionario instituido por Danton por supuesta negligencia en la defensa de Maastricht. Fue absuelto de los cargos en 1795, pero rompió con Francia para trasladarse a Inglaterra en 1798 donde traicionó su origen español y su nuevo ideario revolucionario galo.
El 9 de noviembre de 1804 Miranda desembarca en Nueva York procedente de Inglaterra. Aquí entró en contacto con el presidente Jefferson y el secretario de estado Madison, con Jacob Lewis -comerciante de Puerto Príncipe- y con el coronel William Stephens Smith, inspector del puerto de Nueva York, a quien conocía desde 1783. Fue Smith quien le puso en contacto con el armador y contrabandista estadounidense Samuel G. Ogden, propietario de una corbeta que Miranda contrató, comenzando ya a preparar en estas fechas su plan de invasión de Venezuela con apoyo de ciudadanos estadounidenses que así pagaban la ayuda de España a su independencia.
El 2 de febrero de 1806, con el beneplácito político y apoyo económico de estadounidenses e inglés, Miranda partió en el buque Leander a Haití, donde se le unieron dos goletas y el buque Emperador, con la intención de desembarcar en Venezuela, obtener el apoyo de su población y comenzar la lucha contra España. El mariscal español Cagigal nunca pudo pensar que su edecán Miranda se iba a convertir en uno de los mayores traidores a su patria al tiempo que en uno de los libertadores de las futuras repúblicas hispanoamericanas.