Gregorio Marañón: «Lledó te hace reflexionar sobre la democracia y la amistad»

Hace unos días, el presidente del Teatro Real Gregorio Marañón (Madrid, 1942), recibía de manos del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, en reconocimiento a su “relevante trayectoria profesional y personal, siempre al servicio de España en una triple faceta: empresarial, cultural y académica, por su faceta humana y por haber colocado al Teatro Real el lugar que se merecía”, afirmaba el ministro, es decir, entre los primeros del mundo y del que acaba de presentar la próxima temporada. Marañón recomienda la lectura del más reciente ensayo del premio Princesa de Asturias 2015, Emilio Lledó: “Identidad y amistad. Palabras para un mundo posible” (Taurus), donde el filósofo juega y conversa con numerosos términos legados por la cultura griega y se detiene en el de amistad, un concepto clave para explorar quiénes somos. Lo contrapone a otra noción esencial, la de identidad, hoy tan manida y viciada, que en su origen, lejos de aludir a lo que nos diferencia, se refería a nuestra mirada humana sobre el mundo y sobre nosotros mismos, y es un componente fundamental de la democracia. Lledó rastrea ambos conceptos en las fuentes clásicas trazando conexiones entre ellos y, al hacerlo, ofrece una lúcida visión de la vida moderna.

-Me lo presentó el propio autor, con quien mantengo una larga amistad de años y a quien admiro profundamente. Sigue en plena forma, acababa de publicarlo a sus 94 años. Lo compré inmediatamente y lo leí esa misma noche de un tirón.

-Por la profundidad humanista de sus planteamientos y porque, a su vez, algunos de estos planteamientos, en la sociedad de hoy, resultan profundamente originales

-Sus reflexiones sobre la democracia y sobre la amistad.

-Sin duda, Emilio Lledó es un autor de referencia para mí, me ha influido porque de él he aprendido mucho, tanto en el trato personal como con la lectura de sus obras.

-¿Qué destaca de él como escritor y como filósofo?

-La autenticidad de su clasicismo y su capacidad de actualizarlo en una valiosa reflexión sobre nuestro tiempo.

-Es un libro de lectura muy fácil aunque trate de cuestiones muy relevantes. Yo se lo recomendaría muy vivamente a los jóvenes de hoy día.