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Así ayudó Picasso económicamente a la República

El pintor malagueño donó todo el dinero ganado con el encargo de la gran tela “Guernica”
The Board of Trustees of the Science Museum, London.
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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El 28 de mayo de 1937, el escritor Max Aub enviaba una carta al embajador Luis Araquistáin. En ella le daba los detalles de una visita reciente que había realizado a Pablo Picasso a propósito de su óleo “Guernica”, recién terminado y a punto de ser exhibido en la Exposición Internacional de París en el Pabellón de la República. Picasso había rechazado cobrar por pintar el cuadro en el que se refería al bombardeo con el que la aviación alemana había masacrado el pueblo vasco. Lo quería donar a la causa, pero el Gobierno de la República quería asegurarse la legitimidad de la propiedad con algún tipo de documento. Aub encontró la fórmula:
“Esta mañana llegué a un acuerdo con Picasso. A pesar de la resistencia de nuestro amigo a aceptar subvención alguna de la Embajada por la realización del ‘’Guernica’', ya que hace donación de este cuadro a la República española, he insistido reiteradamente en transmitirle el deseo del Gobierno de reembolsarle, al menos, los gastos en que ha incurrido en su obra. He podido convencerle, y de esta suerte le he extendido un cheque por valor de 150.000 francos franceses, por los que me ha firmado el correspondiente recibo. Aunque esta suma tiene, más bien, un carácter simbólico, dado el valor inapreciable del lienzo en cuestión, representa, no obstante, prácticamente una adquisición del mismo por parte de la República. Estimo que esta fórmula era la más conveniente para reivindicar el derecho de propiedad del citado cuadro”.
El recibo, por desgracia, se perdió durante un bombardeo en Figueres. Pese a todo, gracias a la carta de Aub sabemos que Picasso obtuvo 150.000 francos, una cantidad nada menor en 1937. Sin embargo, el pintor, tan comprometido políticamente y ya convertido en un hombre rico, no sabía qué hacer con ese dinero. Ahora, a partir de una serie de documentos localizados entre los papeles personales del genio malagueño, sabemos que no se quedó ni un céntimo. Lo invirtió en otros menesteres más altruistas.
Eso es lo que se expone en una carta que desde París le escribe la abogada y política Victoria Kent, por aquel entonces delegada del Comité Nacional de Ayuda a España. Fechada el 16 de noviembre de 1938, en ella Kent le anuncia emocionada que “es para esta Delegación una viva satisfacción y un honor el acusarle recibo del cheque de 100.000 francos que ha tenido la generosidad de enviar por conducto de nuestro buen amigo Sr. [Juan] Larrea, con destino a víveres para nuestros niños. Creo inútil decirle que la cantidad será aplicada íntegramente según sus deseos y que en un plazo tan breve como nuestros servicios de transportes lo permitan serán entregadas las mercancias a las Colonias de niños en Cataluña”. La misiva concluía con una nota manuscrita de Kent: “Su rasgo nos ha conmovido profundamente”. Picasso había empleado como correo para entregar el cheque al escritor Juan Larrea, uno de los testigos de excepción de la realización del “Guernica” hasta el punto de ser uno de los autores que escribió sobre la gran tela en el especial de la revista “Cahiers d’Art” de 1937.
La noticia del donativo llegó a oídos de Diego Martínez Barrio, presidente del Congreso de los Diputados y uno de los más fieles consejeros del presidente Manuel Azaña. Así que quiso agradecer a Picasso su gesto en una carta del 24 de noviembre de 1938 donde quiso agradecer “en nombre de este Comité Nacional y en nombre del pueblo español entero, la generosidad con que viene cooperando, tanto con su talento de artista como con sus medios económicos, a la tarea de sostenerle en la lucha heroica que viene manteniendo por la independencia y libertad nacionales”.
No fue la única carta de Martínez Barrio. Muy poco después, el 2 de diciembre de 1938, el político volvía a escribir al pintor al tener noticia de otra donación picassiana, en esta ocasión de 200.000 francos. La noticia le había llegado a través del arquitecto José Lino Vaamonde, comisario general adjunto de la Exposición Internacional de París y delegado del Comité Nacional de Ayuda a España. Entre los papeles personales de Picasso está la carta de Vaamonde donde le expone que “he tenido la grata noticia de su nuevo donativo de 200.000 francos para la ayuda de nuestros niños. El Sr. Larrea me ha hecho entrega del cheque correspondiente”. Vaamonde añadía que “hemos iniciado ya las gestiones para que con toda rapidez sean enviados víveres destinados a dos comedores que se abrirán inmediatamente, uno en Barcelona y otro en Madrid”.