¿Por qué Companys no puede compararse con los políticos presos?
Con motivo de la Diada, Quim Torra ha aludido en su discurso al fusilamiento de quien fue presidente de la Generalitat, pidiendo al Gobierno un acto solemne de conmemoración
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Más allá de insistir en las medidas sanitarias pertinentes para las concentraciones de la Diada, Quim Torra, presidente de la Generalitat, ha preferido volver a confundir a base de una tergiversación de la historia. Durante su tradicional mensaje institucional del 11 de septiembre, día de la Diada, el político ha dejado claro su reivindicación independentista: “Persistimos y persistiremos en esta voluntad democrática por la libertad hasta conseguir la plenitud nacional de nuestro país, la independencia”. Y ha sido a raíz de ahí cuando ha hablado de “represión”, comparando la situación actual con la vivida en 1940, justo después de la Guerra Civil y durante la dictadura franquista.
“En esta Diada exijo al Gobierno español un acto solemne en el que el jefe del Estado y el jefe del Gobierno, públicamente, pidan disculpas por la persecución, detención y fusilamiento del presidente Companys y de todos los miles de catalanes muertos en el exilio, en los campos nazis de concentración o en las prisiones catalanas”, manifestó Torra. Y añadió que la historia de Cataluña “no es fácil" y ha aludido a los políticos que lideraron el procés en 2017, condenados a la cárcel por sedición y malversación. “Nuestra historia es un combate persistente por la esperanza. Lo ha sido también durante estos casi tres años desde el referéndum del 1-O ante toda la represión que ha descargado el Estado español contra demócratas pacíficos”, afirmó.
Pero, ¿hasta qué punto podemos comparar lo que le sucedió a Lluís Companys con lo que están viviendo los políticos independentistas condenados? Si bien la historia tiende a repetirse, ¿por qué en este caso debemos distinguir y separar entre los dos episodios?
Para empezar, los contextos históricos y políticos son bastante diferentes. Lluís Companys fue un político y abogado español, de ideología catalanista y republicana y presidente de la Generalitat entre 1934 y 1940, época marcada por la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Fue exiliado tras la contienda y capturado en Francia para ser posteriormente trasladado a nuestro país, torturado, sometido a un consejo de guerra y finalmente fusilado. En contraposición a estas circunstancias, actualmente vivimos en democracia y sin la represión típica de un Estado totalitario o de una guerra.
Al inicio de la Guerra Civil, Companys creó el Comité Central de Milicas Antifascistas y ordenó repartir 20.000 armas, así como también propició la celebración de juicios populares en los que se condenaban a los sospechosos de ser desleales a la Generalitat. Entre ellos, cientos de religiosos. Se le atribuye al presidente una friolera de 8.129 catalanes asesinados durante su mandato. Ni de lejos tiene esta historia que ver con la de los políticos presos actuales. Es decir, estos últimos han propiciado el independentismo catalán sin atender a la ley pero, afortunadamente, no tienen en su historial ningún asesinato.
Asimismo, cabe destacar la Diada de 1934: Companys fue abucheado por los propios separatistas al entender que era “poco catalanista”. A pesar de esto, el presidente se sumó a la deriva revolucionaria de socialistas y republicanos de izquierdas, proclamando el 6 de octubre de dicho año el “Estat català en la República federal española”. “¡A ver si ahora diréis tambien que no soy catalanista!", explicó. Quizá esta tendencia a la independencia catalana como sea y cuanto antes es lo más parecido que tiene Companys con los presos a los que Torra lo relaciona.
Sin embargo, en el caso actual los presos siempre se han mostrado en dicha ideología, mientras que Companys no se sintió catalanista hasta sus últimos momentos, y fue tras el fracaso del republicanismo. De hecho, los independentistas le odiaron, hasta tal punto que Joan Casanovas y Estat Català planearon un golpe de Estado contra él.